El pasado mes de noviembre, Rocío Alfaro dio testimonio de las secuelas que ha dejado el Covid a Isabel, fisioterapeuta gaditana de 48 años, que se contagió en marzo de 2020, cuando irrumpió el coronavirus. La infección “le ha arrebatado cada día un poco más de su salud y que las secuelas (bruma mental, fatiga crónica, cansancio, taquicardias, pérdida de musculatura, inflamación de articulaciones, hinchazón...) no solo no terminaban de irse, sino que se manifestaban de forma acusada en cada brote, que sufre al menos una vez al mes”, escribió en VIVA CÁDIZ, aportando, asimismo, las declaraciones de Sandra González, granadina y de la junta directiva de la Asociación Long Covid Andalucía, reivindicando una mayor sensibilidad por parte de las administraciones y los profesionales sanitarios.
En vísperas de que se cumplan tres años de la declaración de la pandemia, González agradece poder volver a insistir desde las páginas de un periódico en las demandas de los afectados, cuyo número representa, según las estimaciones médicas a entre el diez y el quince por ciento del total de la población.
“Cuando constituimos la asociación”, explica, “fuimos capaces de promover con la Consejería de Salud y Familias ha informado al Consejo de Gobierno de un protocolo de manejo de las secuelas del Covid”, cuyo objetivo principal, según la nota que remitió a los medios de comunicación el Gobierno autonómico, “es ofrecer una asistencia integral y multidisciplinar centrada en el paciente, con el fin de lograr su recuperación funcional e integración completa en la sociedad”. Pero aún hay médicos de Atención Primaria “que nos envían al psiquiatra en lugar de tratarnos”.
A González, un doctor le recomendó hacer yoga y llevar una vida saludable, recuerda en una conversación telefónica que la tos interrumpe en reiteradas ocasiones. La integrante de la Asociación Long Covid Andalucía dio positivo por primera vez en octubre de 2020 y, por segunda vez, el Día de los Santos Inocentes de 2021. Esa segunda ocasión “me remató”, lamenta. “Hubo un momento aquella Navidad en la que me encontré bien, salí a la calle, fue maravilloso, pero al quinto día sentí los síntomas de nuevo” y, desde entonces, padece una dolencia neurológica que dificulta seriamente su vida cotidiana. “Hay más de 200 síntomas asociados al Covid persistente”, enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde cansancio extremo, “como si te hubieran echado encima veinte años”, a problemas en encías, cardiacos, digestivos, urinarios. “Todos los sistemas los tenemos tocaditos”, lamenta. “Hay quien sufre unos pitidos en los oídos que impiden que duermas, te acuestas y te levantas con ellos”, agrega. No en vano, un paciente, celador, ha obtenido recientemente en Bilbao la incapacidad permanente por las secuelas de la infección. Pendientes de los juzgados, González se marca como objetivo que todas las capitales andaluzas cuenten con unidades de atención para los afectados (no hay en Jaén, Córdoba y Almería) y, sobre todo visibilizar un drama sin fin, “que no nos olviden”.
