La prohibición de los servilleteros en la hostelería ha puesto en jaque a la empresa Manipulados Macserv III, con sede en Frailes y que lleva 15 años produciendo un millón y medio de servilletas al día para bares, cafeterías, restaurantes y chiringuitos de toda Andalucía, Extremadura y también de provincias del centro de España como Toledo.
"El servilletero es lo más higiénico que hay, no entendemos cuáles son los motivos que han llevado a su prohibición", ha indicado a Europa Press el gerente de esta empresa, Custodio Cano, al tiempo que se ha mostrado confiado en que "la persona o personas que toman este tipo de decisiones reflexionen y vean que es la solución más higiénica".
Manipulados Macserv III cuenta con cuatro trabajadores, todos ellos acogidos actualmente a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). "Llevamos desde marzo sin fabricar ni una sola servilleta y lo peor de todo es que con este panorama no sabemos cuándo vamos a poder volver al trabajo". Precisamente, a partir de marzo comienza la temporada alta para esta empresa coincidiendo con la apertura de terrazas, veladores y también más adelante de los chiringuitos de playa.
La llegada de la pandemia les cogió a punto de ampliar la plantilla e incorporar nueva maquinaria, ahora se ha quedado todo parado a la espera de ver un poco más claro un futuro que ahora mismo, el gerente ve "negro, negro". "Con mucho trabajo habíamos logrado salir de la crisis de 2008 y ahora nos viene esto", ha señalado Cano.
Cano optó por producir este modelo de servilletas porque era el más demandando, el más funcional y de menor coste. Ahora, pensar en otras líneas de producción es "muy complicado" porque "todavía no hemos amortizado algunas de nuestras inversiones como para pensar en meternos en nuevas".
Cano ha indicado que hay más empresas en España como Manipulados Macserv III y su idea es empezar a contactar para que se visibilice que "no tiene ningún sentido prohibir los servilleteros porque no hay otra solución más higiénica".
Las servilletas no se manipulan y el cliente solo tiene que tocar aquella que va a utilizar. Además, el exterior de los servilleteros se puede desinfectar cada vez que llega un nuevo cliente por lo que los riesgos son mínimos.
Tanto servilleteros como cartas y vinagreras han quedado prohibidas en la hostelería por la autoridad sanitaria. Cano insiste en que en lo que respecta a los servilleteros "se han equivocado", y lo único que quiere es poder explicárselo a las personas que toman este tipo de decisiones para que "se den cuenta de que no hay otro método más higiénico".
"Somos muchas las familias que vivimos de esto en España", ha apuntado Cano, cuyo su único deseo es que le permitan explicarse y que se revoque una decisión que "no entendemos".