Una de las causas de la desafección de la ciudadanía respecto a los partidos políticos es la hipocresía, que podría manifestarse en la frase “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Por ejemplo, en las elecciones municipales de Cádiz capital, la práctica totalidad de los partidos enarbolan la bandera del feminismo, o al menos lo apoyan como cosa aceptada, pero la única mujer que se presenta como alcaldable es Marina Liberato, de Podemos Cádiz. Se hace muy cuesta arriba pensar que, no ya PSOE o PP, sino el propio Adelante no haya encontrado el compromiso y la grandeza de entender que el feminismo se hace, y que, si la democracia interna siempre nos lleva al mismo sitio, es que la democracia interna está viciada por la misma inercia machista de siempre.
Hablando de democracia interna, también se hace duro pensar, por la salud asamblearia de nuestra tierra, que la decisión última sobre si ir solos o en confluencia, solo en el caso de Podemos está en manos de su gente. Si tú eso no lo tienes en tu ADN es imposible que luego lo reflejes en tu gobierno; ¿cómo va a prometer alguien que va a liderar un ayuntamiento participativo si no es participativa ni la responsabilidad de su formación?
“Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago” podría ser un eslogan que apareciese en las pancartas de la mayoría de partidos que participan en manifestaciones, cuando es que participan, porque, honradamente, ¿cuántos candidatos de los que ofrecen Cádiz como ciudad acogedora con la inmigración, al mismo tiempo ofrecen su propia casa, su tiempo y su dinero, como hace Marina Liberato, a jóvenes inmigrantes? ¿Se puede realmente predicar laicismo, que es una característica constitucional de nuestro estado y administraciones públicas, cuando al ocupar el gobierno de la ciudad un alcalde no se muestra neutral con las confesiones religiosas y con los ateos y agnósticos?
¿Se puede gestionar cultura sin contar con la gente del mundo de la cultura, no solo despreciándola para las listas electorales sino cargándote las mesas del sector? ¿Se puede considerar como independiente un candidato que haya estado desde el principio hasta el final en la conformación de la lista, aportando el peso de un colectivo en vez del peso de una trayectoria laboral, intelectual o militante? Si de verdad te interesan esos ámbitos para que mejoren tu programa y permeen en tu visión política, vas a buscar a esos perfiles independientes por lo que valen, sin esperar nada a cambio, si pesarlos en términos electorales sino en términos de gestión de la ciudad. Por eso Marina pidió la complicidad de Carmen Moreno y de Jaime Zamora, su experiencia e impulso. Porque una lista diversa no es fruto de una negociación sino de una decisión colegiada de Podemos Cádiz diciendo a Marina Liberato: busca a los mejores.
Con el decir y el hacer, con el propio concepto de democracia participativa, sucede que cuanto más dices menos haces. Me recuerda a la barra de Ayax y Prok: “la humildad es como el silencio, la nombras y desaparece”. ¿De qué sirve proclamar que luchas por la mayoría social, la clase trabajadora y los barrios humildes, si el Gobierno central aprueba el salvavidas del IMV y la gente en Cádiz se tiene que ir a la sede de Podemos para que le ayuden a tramitarlo? Entre el decir y el hacer nos jugamos el futuro, dejar de decepcionar a unos ciudadanos que volvieron a creer en la política cuando nació Podemos y así combatir la antipolítica que alimenta a la extrema derecha después que Podemos fuese suplantado por otra cosa en algunos lugares. Pero no hoy y en estas elecciones; hoy nos presentamos por primera vez en la capital tras años de confusión y desorden para que la gente pueda elegir entre los que dicen y los que hacen.