Tras cancelar su visita al plató de 'El Hormiguero' el 6 de septiembre por motivos de salud de los que no se dio ninguna explicación -más que no podía acudir a su esperada cita por enfermedad-
Miguel Bosé ha cumplido su promesa y este martes ha reaparecido en el programa presentado por Pablo Motos.
Una visita muy esperada en la que el cantante
ha promocionado su último proyecto, 'El renacido', la nueva docuserie sobre su vida para Movistar Plus+. Pero no solo eso, ya que cómodo y más cercano que nunca ha hablado por primera vez sobre el grave asalto sufrido en su casa de México por una banda armada de diez encapuchados que le maniataron a él y a sus hijos, Diego y Tadeo, de 12 años, el pasado 18 de agosto.
Con una tranquilidad pasmosa y sin escatimar en detalles,
Miguel ha relatado como fue el atraco que, como confiesa, "fue una experiencia terrible, terrorífica". "Eran las 8:30 de la noche. Estaba dormido en mi casa y de repente me despierta alguien y veo unas caras que no conozco. Me estaban encañonado con una pistola con un silenciador, fue un momento en el que estás perdido porque no sabes muy bien lo que está pasando. y ya vi a mis hijos, que estaban rodeados de gente armada con metralleta, pistolas* Todos encapuchados y con máscaras" ha revelado. Sin embargo, y como asegura, "no eran profesionales porque nos maniataron con los cordones de nuestras zapatillas", por lo que no tuvo la sensación de que su vida corriese peligro.
Y es que a pesar de lo que se ha contado sobre el terrible suceso,
"no hubo violencia. Había empujones entre ellos, gritos hacia mí, pero no hubo violencia contra mí. Yo estaba muy lúcido. Bajé revoluciones y les dije 'qué queréis'. Y empezamos a hablar y les llevé a las habitaciones en las que había cajas fuertes", ha explicado.
Aunque la intención de los atracadores era separar a sus hijos,
Miguel les convenció para que no lo hiciesen, y los pequeños fueron encerrados junto a una de sus trabajadoras del hogar en un dormitorio y, como ha relatado el cantante, el asaltante que les vigiló durante las dos horas que les tuvieron como rehenes, fue "un ángel".
A continuación, él
les "dio una vuelta por la casa" para darles todo lo que había en su propiedad. Menos de lo que los criminales esperaban: "Buscaban una importante suma que solo hay en las casas de los narcos, pero yo solo tenía el dinero de la quincena de los trabajadores y algo más para las compras y el día a día".
Un momento en el que Miguel vivió, con los ladrones, un momento surrealista cuando el "jefe" de la banda le reconoció.
"Me mira y les dice al resto 'chavos, este es Miguel Bosé'. Se quita la máscara y me dice 'yo soy tu fan'. Y le dije, 'vamos a llevar por buen camino esto o se acaban los conciertos'" ha revelado entre risas, asegurando que incluso uno de los asaltantes dijo en ese momento "un selfie, un sefie". "México es un país maravilloso pero muy surrealista. Ahí tuve la sensación de que no iba a pasar nada y me quedé mucho más tranquilo", ha reconocido.
Después de que los asaltantes abandonaran su casa,
Bosé esperó media hora y preguntó si había alguien, porque no sabía si se habían llevado a sus hijos. Fue Tadeo quien contestó: "Sí, papi, estamos aquí". "Los reuní en una habitación y fui a dar una vuelta. Estaba todo abierto, todo revuelto", ha revelado, asegurando que así tuvo que mantener su casa tres días, "porque no puedes tocar nada hasta que no llegue la Fiscalía".
Un momento terrorífico que Miguel, con la voz tomada,
confiesa que "no me ha enseñado nada", aunque se queda con lo más importante: "No nos pasó nada ni a mí ni a mis hijos ni a nadie de la casa gracias a Dios".