A pesar de haber sido uno de los personajes más carismáticos de esta edición,
Karina activaba el protocolo de abandono y era en la noche del domingo, durante el directo, cuando confirmaba su decisión de abandonar el programa.
Hablando con Ion Aramendi, confesaba que, aunque se ha sentido muy a gusto con sus compañeros,
se ha dado cuenta de que le faltan fuerzas para continuar con la aventura. Preocupada por no llegar al nivel que caracteriza al resto de sus compañeros, comentaba que pretende evitar que llegue un punto en el que no sea capaz de estar bien.
Con lágrimas en los ojos,
aseguraba que echa mucho de menos a sus hijas, sus nietos y a su hermano, que recientemente cumplía ochenta y dos años y por el que siente preocupación por su estado de salud. Quiso dejar claro que ella se marchaba feliz por haber podido ayudar a su hija pero con un sentimiento agridulce por dejar atrás esta aventura y las personas que ha conocido.
Antes de regresar a la casa para despedirse de sus compañeros,
pudo hablar unos minutos con una de sus hijas por conexión telefónica, momento en que la cantante echaba a llorar y comentaba lo feliz que estaba de poder reencontrarse pronto con ella. Con la frase "me subo a la mesa, mira qué contenta estoy" demostraba lo bien que se encontraba antes de abandonar la casa.