Con la toma de posesión de su nueva junta de gobierno -presidida por Francisco Muñoz Céspedez-, la Hermandad de la Vera Cruz ha iniciado esta semana una etapa que tiene como objetivo de partida la normalización de su vida interna, así como el afianzamiento del carisma marianista que la caracterizó en el pasado. La decisión del Consejo Local de la Unión de Hermandades de que sea el Cristo de la Esperanza quien presida el anual Vía Crucis de las cofradías ha servido de verdadero espaldarazo tanto a la junta de gobierno como al conjunto de la corporación.
“Ha sido una noticia muy grata para nosotros, que nos da un mayor empuje si cabe porque de algún modo vemos que los cofrades apuestan por esta nueva junta”, explica el flamante hermano mayor, Francisco Muñoz. El Cristo de la Esperanza ya presidió el Vía Crucis de las hermandades en 1991, poco después de que la Hermandad de la Vera Cruz recuperara de manera definitiva la iglesia de San Juan de los Caballeros. El estado del templo es uno de los asuntos que preocupa a la nueva junta de gobierno. De hecho, uno de sus primeros objetivos es elaborar un informe técnico sobre su estado real, después de que en los últimos años se hayan venido produciendo filtraciones de agua en la nave central, la sacristía y antesacristía y la histórica capilla de la Jura. Una comisión se encargará de trabajar para garantizar la conservación del edificio.
“Afrontamos esta nueva etapa con muchas ganas e ilusión. Nuestra idea pasa por poner en pie un proyecto basado en una hermandad de puertas abiertas para todas aquellas personas que se quieran acercar. Lo que queremos fundamentalmente es que la gente pueda aportar cosas. Atrás ha quedado una etapa un poco complicada, quizá por falta de comunicación y por una serie de actitudes que debemos de corregir”, admite Francisco Muñoz.
La nueva junta ha encomendado la dirección espiritual de la hermandad a un sacerdote marianista precisamente con el objetivo de afianzar su vinculación con este instituto. En la consecución de este objetivo va a tener un papel protagonista la diputación de Juventud. El próximo 12 de octubre, la hermandad va a estar ya presente en la fiesta del Pilar. Además, también se pretende dotar al cortejo nazareno de un estandarte marianista.
A diferencia de lo ocurrido en otras hermandades, el relevo en la junta de gobierno no va a alterar en absoluto la estética de la cofradía en la calle. “Tenemos una línea muy particular y bien definida que no hay por qué alterar. Tampoco nos hemos marcado unos objetivos materiales, porque entendemos que la cofradía está bien tal y como está. Eso no significa que no se vaya a hacer nada, como por ejemplo ese estandarte o bandera marianista. Los objetivos materiales irán viniendo en función del número de hermanos que estén dispuestos a trabajar. Para nosotros, lo principal es abrir las puertas de la hermandad”, subraya Francisco Muñoz.
A la hora de configurar la nueva junta de gobierno, “se ha tratado de buscar un perfil de gente que no haya ocupado anteriormente cargos de responsabilidad, pero que tenga ideas y experiencia en el mundo cofrade”. Acompañan al hermano mayor Lorenzo Oliva (teniente hermano mayor), Jesús Berraquero (secretario), Miguel Perea (mayordomo), José Ángel Aparicio (tesorero), Manuel Báez, Juan Antonio García Ramos y Juan Baquero (vocales). Nada más tomar posesión de sus cargos, los integrantes de la nueva junta fueron recibidos por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos Pérez.