El sector fotovoltaico espera que los países participantes en la COP28 “se comprometan a triplicar la potencia de renovables”. La COP28, la conferencia sobre el cambio climático de la Organización de Naciones Unidas, es la cita anual que este año se celebra en Dubái (Emiratos Árabes), con el objetivo de adoptar medidas y afrontar la crisis climática global.
Cada año se realiza también un balance sobre el progreso establecido por el Acuerdo de París y traza el plan a llevar a cabo para reducir las emisiones contaminantes al medioambiente. En la COP28, como en las anteriores, se reunirán jefes de Estado, ministros, activistas climáticos y representantes de la sociedad civil, entre otros.
Al igual que la anterior cita dejó mucho que desear, esta no comienza con buen pie, y es que solamente la elección del lugar resulta cuanto menos curiosa, ya que los Emiratos Árabes es un país cuya fuente de riqueza reside en los combustibles fósiles.
A la vez que incrementa el interés que esta Cumbre suscita, también se generan ciertas dudas, y es que las últimas ediciones se han visto envueltas en la sombra de las promesas vanas. Muchas buenas intenciones que no se materializan en acciones o medidas lo suficientemente contundentes para frenar el cambio climático y el aumento de la temperatura del planeta.
Según la ONU, “para mantener un clima soportable, se debe reducir cuanto antes la producción de carbón, petróleo y gas y triplicar la capacidad de energía renovable (eólica, solar, hidráulica y geotérmica) para el año 2030”.
Por este motivo, el objetivo principal de la Cumbre de este año es debatir si es posible multiplicar las energías renovables para que la generación de energía venga mayoritariamente de ellas. Otro punto que seguro será más difícil de abordar es el tema de la financiación de los combustibles fósiles y la eliminación de cualquier tipo de ayuda a estas industrias. Para cumplir con ese objetivo de triplicar renovable se deberían alcanzar los 10.000 gigavatios de energía renovable instalada en todo el mundo para 2030, cuando, actualmente, tenemos 3.000 gigavatios, según datos de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena), lo que supondría sumar 1.000 GW al año.
El año pasado, sectores como el fotovoltaico consideraron insuficientes los acuerdos alcanzados en la COP27 que se celebró en Egipto. La voz autorizada del sector de la energía solar en España, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), manifestó su decepción y preocupación por sus resultados en cuanto a los objetivos de sustitución de combustibles fósiles por fuentes renovables, como estrategia para reducir las emisiones globales de C02 y contener el calentamiento global.
Su director general la definió entonces como una cumbre “a la defensiva respecto a los objetivos de reducción de emisiones de CO2” y cuyos acuerdos mostraban “una pérdida de ambición y de conciencia por la transición energética”.
Así las cosas, este medio ha vuelto a consultar a la asociación que representa a más del 95% de las empresas del sector fotovoltaico en España cuáles son las expectativas de esta nueva Cumbre y qué podemos esperar de ella. En palabras de José Donoso, que es director general de UNEF y presidente del Global Solar Council, “el éxito de la COP se debe medir respecto al tiempo en el que se prevé conseguir la descarbonización, lo que implica adquirir compromisos claros en la eliminación de los combustibles fósiles. Además, es fundamental que los países participantes en la COP se comprometan a triplicar la potencia de energías renovables de aquí a 2030. También, creemos que es fundamental establecer mecanismos de financiación adecuados para países en vías de desarrollo con el objetivo de poder dotarlos de una electrificación suficiente y sostenible”.
Sobre el objetivo de triplicar la potencia instalada de energías renovables en el 2030 y la progresiva eliminación de los combustibles fósiles, como parte fundamental del encuentro, la postura española es clara. Por una parte, en esta edición, y con motivo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, la posición de los países miembros la defenderá la ministra Teresa Ribera, como parte de su presidencia semestral de los consejos de Energía y Medio Ambiente.
Ribera defenderá, entre otras medidas, la posibilidad de triplicar la potencia instalada de energías renovables para el año 2030, un objetivo ya contemplado en el PNIEC.
En cuanto a la postura de UNEF, Donoso cree que “en la actualidad, España cuenta ya con una estrategia adecuada al objetivo de triplicar la implementación renovable antes de 2030. En nuestro caso, contamos con el Plan Integrado de Energía y Clima que ha revisado recientemente al alza el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y que se adecúa a las reivindicaciones que el sector fotovoltaico mundial está reclamando en esta COP”.
Renovables
Frenar el calentamiento global es el objetivo principal de las partes que forman la COP, pero una cosa es el reto y otra bien distinta las medidas necesarias para conseguirlo.
Para Donoso, las energías renovables son capaces de frenar el aumento de la temperatura global, pero, por supuesto “pero conseguirlo lleva asociados grandes desafíos, como alcanzar un consenso social sobre la importancia y la necesidad de actuar de manera decidida contra el cambio climático. Todos tenemos que interiorizar en nuestros procesos de toma de decisiones la necesidad de combatir la emergencia climática. Es muy importante que todos trabajemos de manera conjunta para lograr una mayor aceptación social de las energías renovables”.
De este modo, la principal voz del sector apuesta por aligerar las barreras administrativas, favorecer las inversiones en infraestructuras de almacenamiento, la optimización de redes y la producción de hidrógeno renovable o desarrollar sistemas de retribución adecuados que garanticen la recuperación de las inversiones al mismo tiempo que dan a los consumidores un precio competitivo.
En cuanto al papel que cada ciudadano puede adquirir como parte de su compromiso contra el cambio climático, Donoso apuesta por el autoconsumo, que afirma que impulsarlo es “la mejor manera de que la ciudadanía pueda contribuir en la lucha contra la emergencia climática”.