A lo largo de los últimos dieciocho meses, desde aquel triste día del mes de Junio de 2008 hasta ayer, la actuación de las fuerzas judiciales y policiales intervinientes en la operación Astapa se había asemejado al juego infantil que da título a este artículo de opinión. Palos de ciego que no terminaban de dar sentido a las noticias que se iban filtrando, chucherias infantiles que actuaban como elementos de distracción, puzzles cuyas piezas no había forma de encajar.
El levantamiento parcial de ayer, la inusitada fiebre del pen-drive, han comenzado a dar sentido a muchas de las incógnitas planteadas. Todo sigue aún en el aire porque, a diferencia de lo sucedido en la vecina Marbella, en Estepona no termina de aparecer la tela, de haberla. O, al menos, no se encuentra o la encuentran, donde creían que estaba. Eso sí, la Agencia Tributaria me da a mí que se va a poner las botas. Las de siete leguas.
Las valoraciones de los convenios urbanísticos, curiosidad malsana de uno, son a priori unos de los trabajos más completos que se han podido ver en lo hasta ahora revisado. El informe sobre disciplina urbanística habrá de marcar el antes y el después de lo que debe ser una actuación municipal y los responsables del desaguisado, convenientemente identificados para que no queden dudas con sus nombres y apellidos, habrán de asumir las responsabilidades que correspondan. Porque no es de recibo que, como ayer jueves publicaba el Diario Sur, hayamos estado en manos de un" recaudador perezoso" que haya recaudado únicamente cuatro millones de euros. Lo cual no es completamente cierto. La realidad, si me permite la firmante de una magnífica información, es que habiendo estado en manos de un recaudador diligente que por activa y pasiva advertía de la prescripción de los expedientes, hayamos dejado de ingresar más de veinticinco millones de euros que pertenecen a los ciudadanos que si cumplen con sus obligaciones legales y sólo la falta de valor político impida su recuperación. Por eso había que jubilar al recaudador diligente. Para que dejara de informar y recordar que el dinero se estaba perdiendo por los numerosos poros de una administración corrupta desde abajo hasta arriba. Por eso, hoy más si cabe, las presiones son insoportables para los funcionarios que tienen la responsabilidad y el interés de velar por la legalidad. Por eso nos abandona en Enero la interventora municipal y por eso será complicado encontrarle sustituto, siquiera provisional. Y en el camino tres concejales imputados, cuatro con la auto promotora, por asuntos relacionados con la disciplina urbanística.
Claro que después de leer Diariosol es a mí al que casi le da un arrebato. Que generosidad. Que altruismo empresarial. Ahora entiendo que se llevaran de una copistería los ejemplares del pliego de la basura. Y que inteligente lo de la campaña de concienciación ciudadana de Benalmádena. Si siempre me parecieron a mí los súbditos de Bolín poco concienciados en asuntos de limpieza. Que manera de tirar el dinero, nosotros me refiero, en el pago del recibo de la basura. Cómo no iban a cobrarlo por triplicado - les recuerdo el cobro ilegal por no estar delegado al Patronato de 2008 y 2009 - a pesar del acuerdo plenario que lo suprimió si ya nos lo habíamos gastado, espero, al menos, que no en financiar el himno de los palanganas. ! Joder que tropa!
Y no me puedo contener. Pensaba pasar de largo pero no puedo. Leo la declaración de uno de los concejales de la corporación actual en relación a uno de los asuntos que se han dejado para posterior levantamiento y que El País considera uno de los troncos de la investigación. La declaración del susodicho es tal cúmulo de estupideces y desinformación, mezclados con traumas políticos infantiles, que los investigadores sólo podrán optar por dos caminos: eliminar la citada declaración y facilitarle la dirección de un psicólogo infantil para tratar de sacar al interfecto de su actual estado. Y es que después de casi doce años de paso por la política, ésta, lamentablemente, no ha pasado por él.