El dato de acoso escolar en España en este sondeo, realizado en 2023, muestra un enorme aumento respecto al 49 % que declaró en 2019
El 66 % de las personas LGBTIQ en España han sido ridiculizadas, molestadas, insultadas o amenazadas durante su paso por la escuela debido a su orientación sexual o su identidad de género, según un sondeo que publica este martes la Unión Europea y que alerta de que el acoso escolar ha crecido en los últimos años.
Esa es una de las cifras más preocupantes del estudio 'La igualdad de las personas LGBTIQ ante una encrucijada: avances y retos', realizado por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE sobre una encuesta a más de 100.000 personas de los 27 países comunitarios, más Albania, Macedonia del Norte y Serbia.
El dato de acoso escolar en España en este sondeo, realizado en 2023, muestra un enorme aumento respecto al 49 % que declaró haber sufrido esas situaciones en una encuesta parecida de 2019.
En la media comunitaria ese crecimiento es del 46 al 67 %.
El informe de la FRA refleja una situación paradójica. Por un lado, crece el número de centros educativos en la UE donde se trata más y de manera más positiva la realidad de los LGBTIQ, y más jóvenes muestran abiertamente su orientación sexual o su identidad de género.
"Tenemos más gente que antes apoyando a las personas LGBTI en las escuelas. Al mismo tiempo, el acoso escolar ha aumentado mucho", resume a EFE esa situación Miltos Pavlou, uno de los expertos de la FRA que ha elaborado el informe.
La FRA señala que el 56 % de los estudiantes LGBTIQ en España esconden sus preferencias sexuales o su identidad de género en el colegio, siete puntos más que en la UE.
Con todo, más personas LGBTIQ se muestran ahora abiertas (el 52 % frente al 46 % en 2019) sobre su orientación.
Pavlou señala que esa actitud, especialmente entre los más jóvenes, supone también una mayor exposición a la violencia y el acoso.
En España, el 39 % de las personas LGBTIQ sigue evitando tomar de la mano en público a su pareja, por miedo a ser atacado, frente a la media comunitaria del 53 %.
Los elevados niveles de acoso tienen que ver, sobre todo, con campañas de odio y acoso en las redes sociales, muchas veces organizadas desde países como Rusia, en las que se habla de "propaganda LGBTIQ" o "ideología de género" o se asegura que esa comunidad es una amenaza para los "valores tradicionales" o la vincula con enfermedades mentales.
"El discurso del odio dirigido a los jóvenes aísla a algunos de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad", denuncia la FRA en su informe, en el que alerta de que un tercio de los encuestados ha tenido pensamientos suicidas, un porcentaje aún mayor entre los trans e intersexuales.
En general, el informe detecta una reducción de los niveles de discriminación entre los sondeos de 2019 y 2023, aunque esa progresión positiva no beneficia tanto a las personas trans o intersexuales.
En España, el porcentaje de encuestados que asegura haberse sentido discriminado al menos en un área de su vida ha bajado del 42 al 37 %, una reducción parecida a la media comunitaria.
La FRA alerta, sin embargo, de una subida de las personas LGBTIQ que aseguran haber sufrido ataques físicos, y que en España pasa del 8 al 12 % (11 al 14 % en el conjunto de Europa).
De hecho, el 75 % de los encuestados en España afirma que la violencia contra gays, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales ha aumentado. La media en la UE que así lo piensa es del 59 %.
Los LGBTIQ que viven en España también creen en un mayor porcentaje que la media europea (66 % frente a 53) que los prejuicios y la intolerancia contra ellos ha crecido en los últimos cinco años.
Positivo es la sensación de que el 58 % cree que el Gobierno combate efectivamente los prejuicios y la intolerancia, mientras que en la media de la UE es sólo del 26 %.
Pese a eso, el porcentaje de personas que denuncia crímenes de odio es sólo del 14 % (11 % en la UE), una cifra que se explica en la poca confianza en la Policía.
De hecho, una de las recomendaciones de la FRA para lograr la igualdad de los LGBTIQ es más formación policial para asegurar que las víctimas se sientan seguras al denunciar y reciban un trato justo.