La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada acoge este viernes el juicio contra un hombre de nacionalidad marroquí acusado de someter a su pareja sentimental a todo tipo de vejaciones, insultos, golpes y amenazas, aprovechándose de su situación de dependencia, ya que no tenía ni residencia legal en España ni conocimiento del idioma español, hechos por los que se enfrenta a una petición fiscal de 16 años de prisión.
El fiscal le atribuye un delito de maltrato habitual y otro de lesiones en el ámbito de la violencia de género, y además un tercer delito de agresión sexual, por los que, además de la pena de cárcel, se enfrenta al pago de una indemnización a su víctima de 40.250 euros, por las lesiones y los daños morales causados. Asimismo, de ser condenado, no podrá ni comunicarse ni acercarse a su expareja.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, de iniciales A.D., ha sometido "de forma continuada y habitualmente" a su compañera en el domicilio que ambos compartían, en la localidad granadina de Hernán del Valle, llegando incluso a emplear un cuchillo para aumentar la intimidación, diciéndole que "la iba a matar" o que la "iba a denunciar para que la echasen del país" por no tener papeles.
Asimismo, ha sometido a su pareja a prácticas sexuales "no consentidas" y todo a través de continuas amenazas y el uso de la fuerza física, imponiéndose de manera que prevaleciera esa situación de "dominio". El último episodio de violencia, ante de que la mujer tomara la decisión de denunciar, se produjo el fin de semana del 12 y el 13 de septiembre de 2009.
En días anteriores, según el fiscal, el hombre había agredido a su pareja "tal y como era habitual". Una de las noches en que el acusado llegó a casa y se encontró con su compañera preparando la comida para el ayuno del Ramadán, le recriminó que continuara en el domicilio, del que anteriormente la había echado, pero la mujer le suplicó que la dejara quedarse porque no tenía dónde ir.
En ese momento, el inculpado la cogió del pelo y comenzó a golpearle la cabeza contra la pared a la vez que le gritaba que se fuese, gritos que fueron escuchados por una vecina de la casa contigua. Ésta última salió descalza de su casa para socorrer a la mujer, y presenció la agresión.
SOMETIMIENTO Y DOMINIO
El acusado abandonó el domicilio y llegó en la madrugada del día siguiente, obligando a su pareja, que se encontraba durmiendo, a levantarse y prepararle la comida. Cuando ésta terminó de servirle en la mesa, el hombre tiró los platos al suelo, obligando a la mujer a que los recogiese.
Después, cuando ella entró en el dormitorio para acostarse de nuevo, el acusado fue tras ella, la obligó a desnudarse y la agredió penetrándola de forma anal, tapándole la boca con la almohada para que dejase de gritar e "ignorando" sus súplicas para que parase, porque le estaba haciendo mucho daño.
Según el informe de los forenses, la mujer, de 41 años, presentaba la región anal muy dolorida y con múltiples lesiones y erosiones compatibles con una penetraciones anales bruscas. Además, se apreció en ella labilidad emocional, ansiedad y tristeza. Asimismo, como consecuencia de la agresión, sufrió lesiones consistentes en erosiones en el cuello y hematomas en muslos y brazos.