Los problemas de los vecinos de José Antonio, lejos de evaporarse, se duplican. Es el caso de los inconvenientes que sufren con la falta de limpieza y la situación en la que se encuentra la bodega colindante al barrio pero también al residencial La Salle.
Representantes de los vecinos de uno y otro barrio informan a este medio de que, según tienen conocimiento, el propietario de la bodega colindante a ambas zonas residenciales tiene cuatro denuncias por la situación de conservación y mantenimiento en la que se encuentra el edificio “y que se ha declarado insolvente para no tener que actuar, por eso es el momento de que el Ayuntamiento actúe”, limpiando y tapiando de manera concienzuda la bodega para que no se vuelva a convertir en un basurero y para que los roedores no aniden en los restos que se acumulan en la misma. “Y si el propietario no paga” puesto que sería una tarea que el Consistorio haría de manera subsidiaria, “ya podrían abrir un expediente” y así incluso el edificio podría revertir al patrimonio municipal, de manera que “entonces podrían actuar y hacer lo que quisieran con el terreno, que es bastante amplio”, indican.
Con motivo de las elecciones municipales, los vecinos de José Antonio anunciaron que iban a denunciar al Ayuntamiento por no actuar en la bodega, confirmando que se trataba ya de un tema de insalubridad, pues no sólo roedores y otro tipo de insectos convivían con los vecinos, sino que la basura se acumulaba tanto dentro como fuera del edificio, siendo un peligro si se producían más incendios, pues ya se han sucedido varios, en algunos, como recuerdan los afectados, hasta los propios bomberos han tenido que evacuar los edificios colindantes por el peligro que suponía el humo. Por ello, y para saber cómo va dicha denuncia, en estos días, los vecinos están dispuestos a acudir al juzgado para preguntar, recordando que entonces quien les atendió fue el juez López Marchena, que era quien ocupaba el puesto de juez de guardia. Quieren informarse de si hay algún avance.
Cita con el alcalde
Por otro lado, tanto los vecinos de residencial La Salle como de José Antonio, apoyados por el Foro Social, están dispuestos a solicitar una cita con el alcalde, Enrique Moresco, puesto que entienden que el Ayuntamiento debe conocer que la situación con respecto a la bodega sigue empeorando y para recordarle que debe actuar, “porque somos vecinos de El Puerto y pagamos nuestros impuestos”. Y si la respuesta del primer edil no es la que esperan, están dispuestos a volver a las concentraciones u otras medidas similares para reivindicar soluciones a la situación que viven, que es “insostenible, aquí no se puede vivir”, declaran. Además, apuntan las representantes de los vecinos que “la unión hace la fuerza, por eso llegado el momento pediremos apoyo a todos”.
A pesar de todo, lamentan que “desde que tenemos que luchar para que solucionen nuestros problemas, desde 2002 ó 2003, todo lo que conseguimos tenga que ser a base de hacer fuerza o presión a las administraciones”, cuando consideran que está más que justificado, por el estado urbanístico de las viviendas y los problemas sociales, no sólo de drogadicción sino de convivencia existentes, que merecen unas viviendas nuevas y una oportunidad para vivir lejos de lo que ahora les atenaza.
Lamentable
El estado de la bodega además, como indican y se puede comprobar, es lamentable. Además, muestran cómo los muros del casco bodeguero, por la falta de mantenimiento y actuaciones similares, se han ido deteriorando hasta el punto de que están agrietados, pudiendo afectar tanto al barrio de José Antonio como al residencial colindante. “Si esto cede podemos llegar al quinto infierno”, lamentan.
Otro frente abierto con el Ayuntamiento es el relativo a la limpieza del barrio. Los vecinos insisten en que los operarios, y entienden que acatando las órdenes que les imponen, sólo entran en la zona interior del barrio los miércoles (hoy), por lo que se acumula suciedad y restos de la convivencia de los vecinos con los toxicómanos a lo largo de la semana, lo que provoca igualmente malos olores, suciedad y falta de salubridad.
Al igual que, insisten, “limpian todos los días por la zona de la plaza de la Esperanza y por Cervantes, deberían hacerlo en Doctor Pasteur y Doctor Fleming. Pero si los vecinos que cuidan el barrio responsabilizan al Ayuntamiento, también lo hacen con los vecinos incívicos. Por eso entienden que “cada uno dentro de su casa puede hacer lo que quiera”, refiriéndose a los que hacen de la venta de la droga su negocio, “pero deberían cuidar que los toxicómanos no se quedaran en la calle, sino que se fueran de aquí de inmediato”, lo que provocaría una mejora en la imagen del barrio.
Situación insoportable
Pero la situación que viven muchos vecinos es “insoportable”. Para empezar, son algunos vecinos los que, de manera voluntaria, limpian las calles interiores de José Antonio, puesto que la basura, los restos de suciedad, comida, o botellas de cerveza, se acumulan, provocando que los roedores y cucarachas accedan al interior de las viviendas. Así, en verano deben vivir con las ventanas y las puertas cerradas, no sólo por los insectos y roedores, sino porque entra el humo del exterior y los gritos. Además, peor es cuando hay personas con problemas de respiración y que se tienen que hacer dependientes prácticamente de sus medicamentos. “Aquí la mayoría vive como animales en vez de como personas”, explican.
En cambio, si hay algo positivo hasta el momento es que las obras de construcción de las 125 viviendas dependientes de la Junta de Andalucía y que serán las que posibiliten el cambio de residencia de estos vecinos van según lo previsto. Como explican los representantes de los vecinos, hasta el momento no hay que lamentar retrasos, aunque como en toda obra, confían en que la entrada del frío y la lluvia no provoque esos mismos retrasos que temen. “Por el momento podemos decir que estamos muy contentos”. El hecho de ver la maquinaria sobre el terreno y que se trabaja sobre el espacio señalado, hace que la confianza vuelva a poder estar en el argot de estos vecinos.
El verano, que está llegando a su fin, ya es un clásico para estos vecinos, que cada vez más se conciencian de que hay que convivir con las peleas, con las idas y venidas de toxicómanos, las guardias de la Policía Nacional, con la que están bastante contentos, porque incluso observan que piden la documentación a todo el que hace del barrio su lugar de paso o de asentamiento. Pero sin duda, ha habido días mejores y peores, pero no es el principal problema de estos vecinos, que lamentan que no se haya actuado aún en el casco bodeguero y que tampoco el Ayuntamiento ponga solución a la falta de limpieza del barrio, que les afecta sobremanera.