A lo largo de la segunda quincena de septiembre, pocos días después de ser puestas en libertad, dos nuevas águilas imperiales han muerto electrocutadas en un tendido eléctrico cercano al área de suelta, dentro del proyecto de reintroducción que la Consejería de Medio Ambiente y la Estación Biológica de Doñana desarrollan en Cádiz. En 2011, un total de 14 pollos han sido extraídos de sus nidos, procedentes de las poblaciones naturales de Sierra Morena y reintroducidos en la comarca de La Janda.
Según estudios supuestamente científicos, la extracción de estas águilas estaría justificada, ya que el segundo o tercer pollo tiene pocas posibilidades de sobrevivir en el medio natural. Sin embargo, indican la Asociación Amigos de la Laguna de La Janda y Ecologista en Acción en nota de prensa, en el resto de comunidades autónomas con presencia de la especie, llegan a volar dos, tres e incluso cuatro pollos por nido, gracias a las labores de vigilancia preventiva, manejo y a programas de alimentación suplementaria.
Así, señalan dichas asociaciones, desde que se inició el proyecto, más de 20 águilas imperiales han muerto. De ellas al menos diez por electrocución en tendidos eléctricos y tres a acusa del veneno. Además, apuntan que desde hace años, conservacionistas y ecologistas "vienen denunciando la ética de este programa, la oscuridad en las causas que motivan la extracción de pollos y el modo de esconder durante el mayor tiempo posible los casos de mortalidad, en una evidente política de la alfombra".
Del mismo modo, apuntan, los tendidos eléctricos peligrosos o mal modificados "siguen presentes en la comarca de La Janda, siendo habitual el uso ilegal del veneno, lo que hace injustificable la localización del lugar de suelta escogido para las jóvenes águilas e incumpliendo plenamente las recomendaciones de la UICN. "Este exitoso programa, que nunca ha sido avalado por el Ministerio de Medio Ambiente ni el resto de comunidades autónomas, sólo ha obtenido una pareja reproductora que comenzó a criar en el 2010 y que ya en 2011 ha perdido la puesta a causa de los fuertes vientos de levante tan habituales en Cádiz", manifiestan.
Los "tristes" acontecimientos sucedidos en torno al Centro de Cría en Cautividad de San Jerónimo, tras la actuación de la Guardia Civil en el marco de la operación Horus, "ponen en entredicho la gestión de este programa por la Consejería de Medio Ambiente y la Estación Biológica de Doñana, lamentan, al tiempo que aseguran que "continuamente se han divulgado supuestos éxitos que luego no eran tales". Y añaden que "hasta 2010 ninguna pareja se instaló en Cádiz, nunca se obtuvo éxito reproductor alguno en cautividad, este año no han criado águilas imperiales en la sierra de Huelva (eran águilas reales) y así hasta un sinfín de despropósitos y medias verdades".
Igualmente, ambas asociaciones afirman de que el proyecto de reintroducción en la comarca de La Janda tiene el aval científico de la Estación Biológica de Doñana, en la figura del investigador Miguel Ferrer, miembro del CSIC, mientras que el Centro de Cría de San Jerónimo, en el momento de la actuación de la Guardia Civil, se encontraba gestionado por Fundación Migres, cuyo presidente es también el propio Ferrer. "Una vez más, desde nuestra asociación pedimos la inmediata paralización de este proyecto y el cese de su director científico", subraya.
Asimismo, consideran que es "vital" actuar sobre las causas de mortalidad natural (tendidos eléctricos y venenos) que "continúan matando águilas en Cádiz", así como trabajar en la regeneración y protección del hábitat, empezando por la misma laguna de La Janda, "casi destruida y que da nombre a este triste proyecto", critican.