Una providencia judicial así lo permite por motivos de seguridad, higiene e imagen
La noticia que esperaba particularmente la feligresía de El Santiscal se ha producido: un auto judicial permitirá en breve que se pueda desescombrar el edificio en ruinas situado junto a la actual iglesia de la barriada. El juzgado de instrucción número uno de Arcos, sin que de momento haya sentencia que resuelva el derrumbe del templo, ha contestado favorablemente a través de una providencia a la solicitud realizada por el párroco de El Santiscal, el padre Jesús Lozano, para que el edificio se pudiera apuntalar y ser objeto de la retirada de escombros; una medida que queda más que justificada por motivos de seguridad, higiene e imagen pública.
El edificio en ruinas venía siendo objeto de constantes espolios y robos de material de construcción, lo cual reviste un grave peligro porque aún hay elementos que fácilmente se pueden desprender, como también el propio edificio causa un riesgo innecesario a estas alturas al colindante centro de salud de El Santiscal.
La mediación en este proceso del equipo de Gobierno, y particularmente del alcalde, José Luis Núñez, ha sido determinante, como reconoció el propio párroco, ya que personalmente solicitó al juzgado que se buscara una solución para evitar el peligro del edificio ruinoso. El sacerdote mostró su satisfacción porque “se le está viendo luz a lo que parecía no tenía luz, y El Santiscal se lo merece porque tiene 4.000 personas y se merece no sólo un templo en condiciones, sino las condiciones estéticas y de seguridad adecuadas”.
Satisfacción en las partes
La noticia fue motivo de una visita institucional al lugar, en la que, igualmente, el delegado municipal de Turismo, Manuel Romero, valoró positivamente la providencia judicial que permitirá la actuación, al tiempo que mostró su alegría, en el terreno particular, como vecino de El Santiscal. Como delegado de Turismo valoró que se acabe con el estado “deplorable” de un edificio que ciertamente contrastaba con la imagen turística de la barriada. El alcalde añadió que la zona reviste un grave peligro porque hay personas que sustraen el material a pesar de jugarse la vida, pero sobre todo esperó que los vecinos dispongan de un lugar para el culto a Dios en las mejores condiciones, por lo que recordó que en ocasiones la actual capilla se queda pequeña para el número de feligreses asistente a misa. Su felicitación fue en particular para el párroco “porque será quien más lo disfrutará”.
A partir de ahora viene otra tarea, la de restaurar el edificio para su futura puesta en valor, lo cual supondrá un gran esfuerzo económico y humano, pero, como dijo el párroco, “esto es obra de Dios, es para Dios y el pueblo de Dios, y para mayor engrandecimiento de la fe, porque El Santiscal es una parroquia viva, lo cual se puede ver en las eucaristías del sábado por la tarde, en los 80 niños que se preparan para la comunión… Habrá que aunar esfuerzos, de los feligreses con sus donaciones y de la Corporación en la medida de sus posibilidades, así como de las personas de buena fe y voluntad”.