La Hermandad del Mayor Dolor empieza a hacerse a la idea de que el próximo Jueves Santo volverá a salir a la calle desde la Catedral, toda vez que la iglesia de San Dionisio debe ser objeto de un importante trabajo de limpieza una vez concluyan las obras que se están ejecutando en ella. 

El hermano mayor de esta corporación nazarena, Francisco Rivelott, sólo está dispuesto a salir de San Dionisio en el caso de que la organización de la cofradía pueda llevarse a cabo en unas mínimas condiciones de “dignidad”, algo que a fecha de hoy no está plenamente garantizado. 

La Delegación municipal de Urbanismo explicó ayer a Rivelott que las obras están ya a punto de finalizar, aunque todavía no se puede precisar una fecha concreta para que comiencen los trabajos de retirada de andamios y limpieza general del templo. 

La hermandad había preparado la Cuaresma y la Semana Santa pensando en que contaría con la iglesia de San Dionisio, de ahí que el mayor problema ahora sea la “incertidumbre” de no saber dónde celebrar los cultos.
De hecho, Francisco Rivelott entiende que esta situación “excepcional” podría llevar a modificar los horarios e itinerarios que se aprueben en el pleno de toma de horas que se celebrará el próximo 3 de marzo. 

“Entiendo que el caso es excepcional, por lo que se nos podría aceptar que se cambiara el templo de salida después de ese pleno, sobre todo teniendo en cuenta que la modificación no afectaría para nada al resto de cofradías”, explicó Rivelott. 

Lo que en cualquier caso no está dispuesta a aceptar la cofradía sería un hipotético ofrecimiento para realizar la salida procesional desde San Dionisio para a continuación regresar a la Catedral en tanto en cuanto finalizaran los trabajos de limpieza aún pendientes. “Nuestra idea es volver para quedarnos. En caso contrario preferiríamos salir de la Catedral a la espera de que pudiéramos volver de manera definitiva, aunque ese regreso se llevara a cabo tras la Semana Santa”.