El canario, historia viva del xerecismo, marcó el gol del único triunfo del Xerez ante el Real Zaragoza. Hace de ellos treinta y ocho años, pero hoy toma protagonismo.
—¿Cómo recuerda aquel partido? —Como una de las pocas alegrías que nos dimos aquella temporada ya que, al final, desgraciadamente volvimos a descender. También le ganamos 3-0 al Cádiz. El Zaragoza era, y sigue siendo, un equipo con gran solera y nosotros acabábamos de ascender. Había un gran ambiente en el Estadio Domecq, a comienzos de temporada y yo tuve la suerte de meter el gol. Fue un barullo en el área y yo metí la pierna y ganamos aquel partido. —¿El entrenador era Diego Villalonga? —Efectivamente. En el equipo había gente como Serrano, Bailaro, Prieto, Matías, González, Domínguez, Rafita o Rafa Del Pozo. —Y usted era el capitán que los mandaba. —En ese sentido creo que fui capitán desde que llegué al Xerez. El primer partido que jugué fue ante el Estepona o ante el Fuengirola, no recuerdo bien, y Julio Martialay, que era el técnico, me puso el brazalete. En la otra temporada le pedí a Valera que me relevase porque creía que había otros compañeros que llevaban más años. El pobre Goñi no estaba jugando mucho y los demás compañeros no querían, así que se hizo una votación y salí elegido yo. —Pero entre aquel Xerez y éste hay una diferencia grande —Muy grande. No hay tanta desigualdad. Aquel Zaragoza era el de los Luis Costa, Ocampos o Violeta, un equipo importante y nosotros éramos un equipos recién ascendido que terminamos bajando. Ahora el Xerez va primero , allí nos ganaron con muchos apuros y el Zaragoza va a venir preocupado porque ellos se lo juegan y nosotros vamos con una diferencia de puntos. —¿Ve ya a su Xerez en Primera División? —Todavía no lo veo en Primera. Ilusionado y concienciado en que puede ser, pero restan trece partidos y los que hemos jugado al fútbol sabemos que esto cambia de un domingo a otro. Hay que seguir con los pies en el suelo. Tenemos que ser prudentes, ir tranquilo y, por supuesto, si nos se asciende, que quiero pensar que sí se va a ascender, que nadie lo mire como un fracaso después de lo que sucedió la pasada temporada. —Lo que ha sucedido es que no es usted el jugador que más partidos ha disputado con la camiseta azulina. —Para mí es un orgullo que un jugador como Moreno me haya superado. No podía ser mejor que un futbolista que lo puede hacer mejor o peor, pero que lo da absolutamente todo sobre el terreno de juego, al que nadie le puede discutir su entrega. —Incluso hay quien dice que es un futbolista muy parecido a usted. —Eso dicen, aunque él defiende mejor que yo y yo atacaba mejor, porque él ha conseguido quince goles y yo hice setenta. Pero podemos tener características parecidas, yo era un jugador lento, técnico, el típico futbolista canario, y éste se pone en el centro del campo y las coge todas. —Todas hay que darlas el sábado. ¿Vale el 1-0? —Claro que vale. Ganando cualquier resultado es bueno, incluso un empate, según vaya el partido, puede valer. No podemos pretender ascender a falta de trece partidos. No podemos creernos más que nadie, hay que seguir así, con un equipo con mucha confianza, que sabe atacar y defender y me recuerda a aquel ascenso de Badajoz, sin grandes figuras pero con mucha seriedad.