El padre acusado de pegar a su bebé de 17 días ha reconocido hoy, durante su declaración judicial en calidad de procesado, que zarandeó a su hijo, mientras que la madre ha negado haber cometido maltrato y lesiones y ha insistido en que no se le cayó al suelo.
En la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Málaga ha comenzado hoy un juicio contra unos padres de un menor por un delito de lesiones agravadas, acusados de pegar a su hijo cuando tenía 17 días de vida y ocasionarle numerosas heridas y algunas secuelas.
Debido a ello, se enfrentan a un total de 22 años de prisión.
Según las conclusiones provisionales del fiscal, los acusados fueron padres de un niño el 22 de octubre de 2010 y el 8 de noviembre, "con la finalidad de atentar contra la integridad del menor, le ejercieron una gran fuerza física".
El ministerio público mantiene que le golpearon en diversas ocasiones tanto en la cabeza como en el resto del cuerpo, lo que le causó grandes padecimientos, por lo que fue ingresado al día siguiente en el hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga), desde donde fue trasladado al Materno Infantil.
Los progenitores han negado en todo momento haber maltratado al menor así como que se les hubiese caído, aunque el padre ha reconocido que sí lo zarandeó, debido a que el niño estaba muy irritable y que quizás fue un movimiento "más brusco de lo normal".
Por su parte, la madre ha explicado que vio cómo el padre lo zarandeaba, aunque ha precisado que no lo golpeó y que el zarandeo fue de una intensidad normal.
Entre las lesiones figuran diversos hematomas, signos de herniación subfacial, infarto masivo temporo-parietal derecho, edema cerebral en hemisferio derecho severo y traumatismo torácico con fracturas costales múltiples.
Estas lesiones requirieron 540 días para curar, precisando 24 días de ingreso hospitalario y como secuelas padece hemiparexia izquierda moderada y epilepsia sintomática.
En el escrito provisional, el fiscal pide que los progenitores sean condenados por un delito de lesiones, con el agravante de parentesco y de alevosía, a una pena de 11 años de prisión y la prohibición de acercarse o comunicarse con el menor a menos de 500 metros durante 12 años.