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Como cualquier acontecimiento que se produce en campaña electoral, los partidos se han apresurado a “aprovechar en beneficio propio” una decisión de los jueces: el PP ha ensalzado al Supremo por abrir una causa contra Garzón por prevaricación, una vez que este tribunal admitiera una querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias.
El PP celebra la decisión, mientras el PSOE la respeta, nos cuentan en la prensa escrita. Para el PP, el Supremo demuestra que nadie puede usar la ley a su antojo. El mismo argumento lo emplea el propio Garzón: la ley es igual para todos. Estoy tranquilo y me defenderé en su momento..., dice. También se rememora que Zapatero elogió la iniciativa de Garzón y llamó hipócritas a sus detractores.
El PSOE, a su vez, critica que el PP se felicite por el auto cuando tiene imputados en sus filas. También conviene recordar que el Supremo merecía los elogios del PP contra su desautorización por el Constitucional en otra reciente decisión, relativa a la presentación de la candidatura probatasuna Internacionalista. Cabe recordar que cinco miembros de la Audiencia avalaron las tesis del juez cuando éste decidió acometer su “revisión total del franquismo y sus víctimas”.
Tampoco hay que pasar por alto que la decisión, eso sí, adoptada por unanimidad por esta Sala Penal del TS, fue decidida en contra del criterio de la fiscalía. De todo lo cual cabe deducir que la batalla no ha hecho sino empezar. Unos se declaran favorables y otros contrarios al controvertido juez, como viene siendo habitual en los últimos tiempos. El propio Garzón ya ha anunciado que se propone defenderse, y ya ha designado abogado defensor: Gonzalo Martínez Fresneda, uno de los más serios y acreditados penalistas del Colegio de Madrid, que tiene en su haber la victoria en pleitos al Consejo del Poder Judicial y al Tribunal Supremo.
Hay ya algunas reacciones no menos significativas: muchos expertos judiciales coinciden en que resulta improbable que la querella conduzca a ningún sitio. Las asociaciones judiciales, en efecto, vaticinan que la querella acabará archivándose. A su vez, las víctimas del franquismo proclaman que el Supremo aplica la justicia al revés.
Pero, evidentemente, no todo son gestos de solidaridad y de apoyo a Garzón, sino muy al contrario, algunos parece que ya se han lanzado a celebrar el derribo del árbol que parecía imbatible. Un diario no duda en hablar de “astracanadas de Garzón”, mientras éste se declara tranquilo y sin conciencia de haber delinquido. “No he delinquido, estoy tranquilo”, repite el juez, hoy especialmente gozoso por el triunfo de su equipo el Barça en la Champions... En otro periódico se habla de su “tozuda soberbia” del famosísimo juez...
El Consejo General del Poder Judicial se inclina por demorar la suspensión cautelar. Sobre todo, se recuerda el fondo de la reclamación de los jueces de lo Penal del Supremo: retener la instrucción de la causa contra el franquismo a sabiendas de que no era competente en la materia.
Definitivamente, hace tiempo que Garzón divide a la opinión pública. Ahora mismo, se vuelve a demostrar que tiene partidarios y contrarios muy esforzados...