El presidente de la Sociedad Watch Tower y fundador del movimiento de los Testigos de Jehová, J. F. Rutherford, se había hecho construir en 1929 la mansión de Beth Sarim, aduciendo, según consta en las publicaciones correspondientes, que la misma se destinaba a los antiguos patriarcas de Israel cuya resurrección se esperaba por aquellos años. En esta mansión falleció el 8 de Enero de 1942. Según una nota de prensa de la Watch Tower, no fue enterrado hasta finales de Abril de aquel año, debido a que mientras tanto se estuvo tratando, aunque finalmente sin éxito, de conseguir el permiso de las autoridades para que fuera enterrado en la finca de Beth Sarim, como era el deseo del finado.
La nota periodística da cuenta de que Rutherford fue inhumado en el antiguo terreno de la radio de los Estudiantes de la Biblia. Pero ese terreno se había vendido en los años treinta y por lo tanto no pudo enterrarse en él a Rutherford, máxime cuando la municipalidad no lo permitía. En el lugar existe un cementerio de los metodistas, además de la pertinente iglesia de dicho clero, la cual fue construida en el siglo XVIII, aunque se reestructuró en el XIX. Las inscripciones de las lápidas aparecen borradas. Del supuesto sepulcro de Rutherford no hay ni rastro en dicho terreno.
A día de hoy se ignora dónde está enterrado, aunque todas las sospechas apuntan a que fue sepultado en secreto en Beth Sarim. No existe lápida alguna que dé fe de su tumba. A su entierro no concurrieron más que los colaboradores directos que le asistieron en vida. Lo suyo hubiera sido que miles de sus seguidores hubieran acudido al sepelio y le hubieran despedido con genuinos honores, tal como se hizo en 1916 en el multitudinario entierro de Russell, el antecesor de Rutherford. Frente a la tumba de Russell se levanta el gran Centro Masónico de Pittsburgh. Y a un lado del sepulcro se yergue la esbelta pirámide de granito a su memoria. La pirámide ostenta precisamente el símbolo masónico de la cruz insertada en una corona.
La finca y mansión de Beth Sarim fue vendida discretamente en el segundo lustro de los años cuarenta. La Watch Tower salió al paso de dicha transacción exponiendo que la casa ya había cumplido su cometido y que además era cara de mantener. Su nuevo propietario aseguró que Rutherford estaba allí enterrado y compró la finca a sabiendas de tal hecho.
Aunque la existencia de Beth Sarim fue conocida de los Testigos de Jehová de aquel tiempo, no obstante estos mismos testigos ignoraban la existencia de otra finca que Rutherford había adquirido en 1939, aunque no se sabe de dónde salió el dinero para aquella operación inmobiliaria. De esta finca, bautizada como Beth Shan (Casa de Seguridad) no existe más que una mención, muy de pasada, en la revista Consolación del 27 de Mayo de 1942, cuando ya Rutherford había muerto. Dice el texto en cuestión: ‘Una nueva ubicación para el entierro del juez Rutherford estaba casi al centro de la propiedad conocida como Beth Shan. Esta nueva propiedad pertenece también a la Sociedad Watch Tower y tiene una vivienda pequeña y otra grande, además de unas casitas alejadas’.
Los terrenos de Beth Shan estaban cerca de Beth Sarim. Esta nueva finca se escrituró, al igual que Beth Sarim, a nombre de los patriarcas de la antigüedad, cuya resurrección se esperaba de un momento a otro. La escritura señalaba que, mientras los patriarcas regresaban para tomar posesión de Beth Shan, Rutherford estaba autorizado a ocuparla.
Acceder a Beth Shan era dificultoso y se hacía a través de un rústico y disimulado camino de tierra. La finca fue vendida en 1945 y su nuevo propietario allanó en los años sesenta el terreno, donde construyó una pista de aterrizaje. Durante la obras de allanamiento se descubrió que, cerca de la vivienda principal, sobresalía del suelo el techo de una abovedada estructura de hormigón. Efectuadas las oportunas comprobaciones se constató que aquello solamente podía corresponder a un bunker construido bajo tierra.
Tras las inspecciones de rigor, se descubrió un ingenioso mecanismo que abría una puerta camuflada en un recinto de la planta baja, puerta que accedía al bunker, magníficamente equipado. Posteriormente apareció otro bunker alejado de la vivienda principal, con acceso desde el establo donde se guardaban las cabras.
En una filmación de aquellos tiempos se ve a Rutherford revisando las huertas y árboles frutales de la finca de Beth Shan. Asimismo se le ve supervisando la colocación de unos espaciosos tubulares que ahora se sabe que eran parte de los búnkeres o refugios antiaéreos descubiertos en los años sesenta. ¿Por qué razón mandaría Rutherford construir semejantes refugios en el más absoluto secreto?
Existe documentación escrita por la Watch Tower que deja entrever la razón. Así, en el folleto ‘Face The Facts’ (Enfrentándose a los hechos), editado en 1938, se lee: ‘Combinados los totalitarios, han de tomar control de Inglaterra y América’. Se refería a los gobiernos totalitarios, sobre todo nazis. Este mismo folleto señalaba que el Armagedón estaba a las puertas y que no era oportuno casarse y tener hijos.
La Atalaya en inglés del 15 de Noviembre de 1941 expone: ‘Una gran hambre ciertamente afligirá muchas naciones de la tierra en el futuro muy cercano. Los Estados Unidos también están en línea para tener mucha angustia’. Y la Atalaya del 15 de Septiembre de 1941 recalca en su página 288 la famosa frase de: ‘En los meses que quedan antes del Armagedón’.
Así, pues, Rutherford creía, como tantos otros, que una nueva gran guerra mundial causada por los regímenes totalitarios se extendería a los Estados Unidos y, en previsión de la misma, hizo lo que no pocos millonarios, altos militares y políticos estaban haciendo entonces: construirse refugios bajo tierra para guarecerse de las bombas lanzadas por los aviones. Además Rutherford creía y predicaba que el Armagedón era inminente, cuestión de unos pocos meses.
La guerra europea no llegó a América y por tanto los refugios no pudieron ser utilizados. Tampoco vino el Armagedón en aquellos meses y años, acontecimiento que era la continua obsesión de quien entonces ocupaba la presidencia de la Watch Tower. Rutherford murió justo al mes del ataque japonés a Pearl Harbor, que fue el detonante para que los Estados Unidos entrasen en la Segunda Guerra Mundial. De haber seguido con vida, no cabe duda de que Rutherford hubiera continuado predicando la inminente llegada del Armagedón.