Las pintadas cubren todo el muro exterior de la peña ?La Perla de Cádiz?
El paseo del Vendaval, situado entre el Baluarte de San Roque y el colegio Campo del Sur se encuentra a merced del abandono y del vandalismo, además de otras conductas incívicas. Sólo basta con echar un vistazo al muro exterior de la peña La Perla de Cádiz, el cual ya no tiene apenas espacio para una nueva pintada.
De hecho, ni la misma insignia de la entidad, el busto de la mítica cantaora, se ha librado y desde la peña han comunicado que han tenido que limpiarlo unas doce veces. El aspecto que presentan las zonas ajardinadas del paseo tampoco es muy esperanzador, pues se observa cómo la vegetación crece sin control y además los propietarios de perros que pasean a sus mascotas en esta zona hacen caso omiso a la normativa y dejan en los parterres los excrementos.
Hay ciertos lugares de la ciudad que destacan por las buenas vistas que ofrecen. Uno de ellos es el paseo del Vendaval, desde el cual se puede apreciar todo el Campo del Sur, o en el sentido opuesto, el paseo Marítimo de Puerta Tierra. Incluso es una zona de paso habitual de todos los gaditanos y visitantes que gustan de caminar por el borde litoral de la ciudad, pero lo cierto es que el estado en que se encuentra no invita precisamente a quedarse a contemplar sus panorámicas. De hecho es más que probable que cualquier persona interesada en poner un negocio en un lugar con buenas vistas, no opte por hacerlo en el paseo del Vendaval.
Lo primero que se observa es un más que completo plantel de pintadas en el muro exterior de la peña La Perla de Cádiz, de hecho, ni el busto de la cantaora se ha librado. Desde la entidad se han posicionado al respecto. “Hace poco tiempo se limpió el muro y como si nada, el busto lo hemos pintado ya unas 12 veces desde lo que pusieron. Hay que darle fuerte al vandalismo, pues no sólo cuesta dinero a las arcas públicas, sino que da muy mala imagen del sitio”, argumentó Francisco Real, presidente de La Perla de Cádiz.
Igualmente, además del vandalismo otro de los problemas que sufre esta zona de la ciudad es la dejadez, que queda bien patente en las zonas ajardinadas. En estas, la vegetación crece sin ningún control y cuidado. A todo esto hay que sumar las conductas incívicas de las personas que pasean perros, que no hacen caso a las ordenanzas municipales y no recogen los excrementos de sus mascotas.
La cárcel vieja, ahora en proceso de restauración, también evidencia por todos lados los síntomas del vandalismo al igual que el muro de la peña. En la parte trasera del inmueble hay un pequeño templete cuya balaustrada está oxidada por completo y en la del propio paseo han arrancado trozos de piedra ostionera.