La situación en Abengoa sigue siendo delicadísima desde el punto de vista financiero y de la evolución de sus negocios. El grupo andaluz de ingeniería que preside Gonzalo Urquijo ha convocado el próximo lunes consejo de administración para aprobar, por un lado, las cuentas del primer semestre del año. Estos números solían presentarse en agosto o inicios de septiembre,
pero Abengoa ha apurado esta vez los tres meses que permite la Bolsa ante las malas cifras que se prevén.
Además de retrasarlos, el consejo convocado incluye también en el orden del día la aprobación de la venta del 41,5% de Atlantica Yield, la filial que agrupa a sus mejores activos fruto de la descapitalización de la empresa llevada a cabo en 2013 por la antigua cúpula de Abengoa. La eléctrica canadiense Algonquin, favorita, y un fondo de inversión son los dos candidatos que quedan en la puja final que se dirime estos días.
El precio que pretendía Abengoa, de 24 dólares por acción (Yield cotiza en el índice Nasdaq de la bolsa de EEUU), no se va a alcanzar, máxime cuando los títulos no sobrepasan los 20 dólares.
A ese precio, Abengoa recibirá menos de 700 millones de euros, por debajo del umbral mínimo de 800 millones que se había marcado el grupo.
Con el anuncio del cierre de esa operación -una de las dos desinversiones clave contempladas en el rescate financiero que evitó su quiebra en marzo pasado, junto a la venta aún por cerrar de la central A3T de México, que también acumula retrasos en su construcción-, Abengoa podrá repagar los 1.170 millones que le prestaron para no quebrar y cuyos intereses alcanzan hasta el 25%.
Según las distintas fuentes internas consultadas, la empresa no está generando la caja suficiente ni el volumen de nuevos contratos previsto en ese plan de salvamento.
Hasta marzo, facturó 336 millones, un 21% menos que en 2016, pese a que la previsión es alcanzar entre 2.500 y 3.000 millones en ingresos este año (hasta el doble de los 1.500 millones del pasado).
Además, el proyecto más importante de cuantos desarrolla actualmente, la central de Waad al Shamal en Arabia Saudí, acumula 60 millones en pérdidas. Es decir, este proyecto de construcción de una central eléctrica que mezcla las tecnologías solar y de gas tampoco dejará beneficio.
Relevo de Santiago Seage
Aprovechando la venta de Yield, Urquijo y el director general de Abengoa, Joaquín Fernández, están presionando para forzar la salida de Santiago Seage, exconsejero delegado de Abengoa cuando la empresa declaró concurso en noviembre de 2015 y desde entonces consejero delegado de la Yield.
El enfrentamiento entre las cúpulas de Abengoa y su filial es total, pero la salida de Seage podrían acabar decidiéndola o no los nuevos propietarios.
Yield agrupa las plantas solares de Abengoa en España, EEUU y Oriente Medio, así como desaladoras y líneas eléctricas en América Latina, África y Asia. Hasta junio (Yield presentó sus cuentas en agosto), la filial ganó 12,6 millones de dólares (frente a pérdidas de 23 millones en 2016) y creció en ventas a 483 millones (el 3,4% más).