Francia 66
España 86
—Francia (15+17+20+14)—Batum (7), Parker (6), Pietrus (3), Diaw (9), Turiaf (12) -equipo inicial-, Koffi (6), Traore (8), Diot (3), Jeanneau (3), Bokolo (2) y De Colo (7).
—España (25+22+26+13)—Rubio (8), Navarro (11), Rudy (16), Garbajosa (3), Pau Gasol (28) -equipo inicial-, Raúl (0), Mumbrú (6), Reyes (8), Marc Gasol (6), Llull (0) y Claver (0).
Arbitros: Ilija Belosevic (SRB), Sreten Radovic (CRO) y Zoran Sutulovic (MNE).
Incidencias: Partido de cuartos de final del campeonato de Europa de baloncesto disputado en el pabellón Spodek de Katowice ante unos 6.000 espectadores.
España volvió a enamorar con su juego, se clasificó para semifinales y se ganó por derecho el mirar de frente a las medallas gracias a una victoria total, ante la hasta ese momento invicta Francia, a la que doblegó por 66-86 en los cuartos de final del campeonato de Europa.
Francia y España se tenían respeto y lo demostraron en los primeros minutos, pero la selección de Sergio Scariolo se lo perdió rápido a los vecinos del norte. Poco importó que Jorge Garbajosa tuviera ya dos faltas personales en el primer minuto de juego, porque dos triples de Rudy Fernández cortaron de raíz la única ventaja gala en el marcador, 3-0.
A golpes de triple y con una gran defensa, el equipo nacional comenzó poco a poco a abrir el marcador. Ricky Rubio defendió a Tony Parker con todo y el resto del equipo hizo lo propio con su par, componiendo una sinfonía de balones recuperados, que luego eran transformados en puntos rápidos.
Al final del primer cuarto, España ya ganaba por diez puntos de diferencia, 15-25, y, sobre todo, daba la sensación de que lo estaba pasando bien.
Vicent Collet, seleccionador francés, mantuvo a Parker y a Diaw todos los minutos posibles, aún sabiendo que podía reventarlos, pero si con ellos en pista España dominaba con claridad, con las figuras en el banquillo la diferencia podía ser de escándalo.
Francia intentó recortar diferencias en el segundo periodo y abrió su defensa para intentar ahogar los tiros exteriores de los españoles. Entonces apareció Pau Gasol para anotar y seguir elevando las rentas.
Parker aguantó hasta el minuto 17, lo mismo que Diaw, pero para entonces Francia, la única selección invicta del campeonato de Europa, ya estaba herida de muerte.
El juego atlético de los franceses encontraba una rápida y eficaz respuesta en el juego técnico y preciosista de los españoles, que ahogaba cualquier conato de reacción. Al descanso, quince puntos de ventaja, 32-47.
Parker intentó echarse el equipo a las espaldas, pero a esas alturas estaba bastante cansado. La selección española siguió jugando tranquila, buscando un pase de más para un tiro cómodo y encontrándolo la mayoría de las veces.
Francia, a la desesperada porque veía como sus opciones iban disminuyendo, tiraba más de individualidades y capacidad atlética, cualidad de la que anda sobrada.
Mientras, España, como los buenos artesanos, esperaba y daba el tiempo necesario para que su obra fuera adquiriendo consistencia. Cada ataque, cada defensa, era un paso más hacia la lucha por las medallas, un paso más hacia semifinales. Con Pau al frente y 24 puntos en su haber a falta de dos minutos para la conclusión del tercer cuarto y 49-65 en el marcador.
Francia estaba desquiciada. Había quemado sus naves y a sus figuras y no había conseguido nada. Mientras, España seguía defendiendo y robando balones. Al final del tercer cuarto, 52-73.
Los galos tiraron la toalla en los últimos diez minutos, con Toni Parker derrengado en el banquillo, aunque hubo un conato de reacción con 63-75 en el marcador a falta de poco más de cinco minutos. Fue una falsa alarma.
La selección española apretó otro poco el acelerador y llegó con comodidad a semifinales del torneo europeo.