Ahí están las máquinas para darle forma a la entrada del centro de Jaén. Personalmente, me parece acertado meter bajo tierra los vehículos que se adentran al parking, de la misma manera que se soterrará acceso al parking de Simago. Buena manera de ganarle espacios al peatón, por lo que hay que mimar detalles en el diseño de la vía y a pesar de que, en estas cosas y, para gustos, los colores. La infografía presentada por el Ayuntamiento presenta un pavimento que no distingue la zona de rodadura por la que transitarán los vehículos de residentes, emergencias, taxi, etc. Ello generará perjuicios a los peatones porque, sin delimitación visual con material diferente, los vehículos se adentarán por confusión a cada rincón. La experiencia es Deán Mazas, donde vemos furgonetas hasta en el mismo centro. La solución pasa por diseñar ese carril de servicio a modo de alfombra, por ejemplo recreando un gran mosaico con leyendas de Jaén en ese suelo, a modo de guijarros de diferentes colores, y planos (para no dificultar el caminar con tacones). Los materiales hacen el orden. Esperemos pavimentos nobles y elegantes. Categoría para Jaén y no ese suelo tedioso, sucio y triste, con el que han destrozado plazas como Santa María, Deán Mazas o la calle San Clemente.
Belleza, alegría y contenido. Por ejemplo concebir esta vía como puerta de entrada, con un gran arco de forja labrada con pasajes históricos de nuestra ciudad, dando la bienvenida al centro-casco histórico. O instalar farolas estilo isabelino/fernandino, como las existentes en La Carrera, y a fin de ir haciendo un centro coherente y conexo. Buen momento para recuperar la histórica farola de Puerta Barrera, que fue desterrada hasta Écija, y meterle a todas ellas luces de tono cálido como se hace en las calles comerciales andaluzas. Huyamos del tono blanco, frío e inhóspito, al que nos obligan. Y macetas (con riego automatizado) en la parte superior de dichas farolas, basta ver la malagueña calle Larios. Instalar focos ornamentales en la base de los árboles para decorar la noche. Y, sobre todo, no atravesar los enormes bancos previstos en el actual carril de acceso al parking. ¿Se soterra ese carril para pasear y ahora se obstaculiza con barreras fijas? Más armoniosos quedarían unos grandes maceteros con su naranjo en el centro, rodeado de flores, y con un banco corrido perimetral, redondo, dándole la vuelta por completo. Una manera graciosa de sentarnos eligiendo dónde mirar. Y sin cortar el paso. Ha faltado reestructurar la plaza de la Constitución para habilitar zonas de bus urbano, porque éstos quedarán exiliados de por vida a parar junto a la estación de buses, (una plaza no diseñada para dicho menester), condenando un poco más a la inaccesibilidad del transporte público hasta el corazón comercial de una ciudad en cuesta.
