El Hombre es barro que crea desde su propio barro, que con el barro y el fuego, materias primigenias, sagradas, va dejando constancia artística, creativa, carnal, de su paso por la tierra.
El barro y el fuego nos remiten a nuestra primera mañana del mundo, cuando todo estaba por descubrir, y quizás por eso tienen tanto éxito todos los intentos culturales de iniciar a los alumnos en estas materias. Nieves Rubiales, Graduada en Artes Aplicadas, lo ha podido demostrar en el curso que ha impartido, auspiciado por la Delegación de Juventud de nuestro Ayuntamiento.
De todo ello hemos hablado. Y del difícil mundo de las galerías de arte.
Con una exposición en la Pinacoteca de nuestra ciudad ha culminado usted como monitora un cuso al que han titulado Barro, esmalte y fuego. ¿Nos habla de su experiencia como monitora y de la actitud de sus alumnos?
—Es una experiencia muy satisfactoria. Hace ya quince años que trabajo como docente en cursos de Formación Profesional Ocupacional, ayuntamientos, etc. Es lo que más me gusta: poder transmitir todo mi aprendizaje a los alumnos. Me gusta llevar una metodología, donde la parte creativa sea exclusiva de la gente, que sean independientes. Luego, por supuesto, a la hora de hacer el trabajo, que siga mis consejos e incluso aprenda del compañero. Es allí, en el taller, donde realmente se enfrenta a sus problemas, los cuales solucionamos juntos. Así, de esta forma, es una enseñanza compartida, donde el alumno se implica totalmente y cuando obtiene el resultado se siente mejor. Cuando al salir del horno ven el resultado de los trabajos y veo sus caras llenas de admiración, siento una gran alegría. Aunque cuando la cosa no sale bien, también comparto su decepción. En otras ocasiones también he trabajado con niños, pero hasta ahora nunca en nuestro pueblo. He tenido la suerte de que me contrate la Delegación de Educación. En este proyecto hacemos una actividad relacionada con el 750 aniversario de la incorporación de Arcos a la corona de Castilla. Voy rotando los distintos colegios de Arcos y barriadas, donde participan unos cuatrocientos niños. Estos son unos alumnos muy especiales. Cuando les estás contando la historia, atienden, se implican, hacen preguntas, etc. Son niños de quinto y sexto curso, y lo más gracioso son los comentarios propios de su edad. Creo que es una actividad muy enriquecedora, ya que es sobre la historia de nuestro pueblo.
Este curso ha sido convocado por la Delegación Municipal de Juventud. ¿Tendrá continuidad en próximas fechas? ¿Nos explica el mecanismo para participar en él?
—Sí, el curso para adultos continuará en la Delegación de Juventud, ubicada en la calle Picasso. Allí han preparado un espacio para el taller de cerámica. Tan sólo falta terminar con el montaje del horno. En cuanto todo esté preparado, se anunciará por los distintos medios y saldrán las solicitudes, que allí mismo podrá conseguir todo aquel que esté interesado en participar. Se formarán diversos grupos, donde podrán participar tanto personas sin experiencia como los que tienen ya alguna noción en el campo de la cerámica. Elaboraremos piezas con distintas técnicas, se harán moldes para su reproducción, decoraremos azulejos e incluso contamos con tornos eléctricos.
Barro, esmalte y fuego. Este título nos evoca a La fragua de Vulcano, de Velázquez, o a los gigantes de la Isla de Pascua. Pero son tres formas milenarias de la creación, del arte más ancestral. ¿Qué función tienen estos tres elementos en el arte moderno?
—Pues al nombrar estos tres elementos, partimos de la base principal de la cerámica esmaltada. Esta técnica del fuego, a parte de lo funcional, vemos cómo se mezcla con las artes mayores. En el arte contemporáneo, tenemos un claro ejemplo: el retablo cerámico de la catedral de mallorca. Aquí, Barceló pudo desplegar su creatividad y representar El milagro de los panes y los peces de una forma muy original. También Gaudí fue un gran exponente del modernismo catalán. Su emblemático parque Guell, donde una gran escultura de Grogan, la cual rodea una escalinata, está formada por pequeñas teselas a modo de mosaico. Esa misma técnica, la va repitiendo por bancos, techumbres, fuentes, etc. Un fabuloso ejemplo de la unión de las artes decorativas con arquitectura.
Hay por ahí un famoso azulejo que dice que Dios fue el primer alfarero pues creo al hombre del barro. ¿Se siente una, trabajando el barro, como parte activa de la creación?
—Sí claro, también hay por ahí una frase que dice “la creación es el lenguaje abierto del arte”. Pienso que crear es una forma de expresión y algo que todos necesitamos; unos lo hacen escribiendo, pintando, cantando, etc. En la elaboración de cualquier obra reflejas sentimientos y estado de ánimo, incluso el espectador aporta sensaciones diferentes.
Usted conoce por dentro el mundo de las galerías de arte. ¿Subsisten hoy estos museos privados? En definitiva, ¿se compra arte hoy?
—Como muchos saben, hace años que regentamos la galería de arte Arx-Arcis, donde al principio contábamos con pinturas más cotizadas, pero poco a poco, quizás por la crisis económica u otras razones, la mayoría del turismo que aquí nos llega viene demandando otro tipo de artículos o pequeñas obras de arte como son los grabados, acuarelas, acrílicos…También lo que más compran es la cerámica artesanal o el pequeño souvenir. Es una pena ver cómo se va perdiendo la cestería, palma, caña, esparto o el olivo. Al principio la gente mayor venía ofreciéndolas, pero ahora casi no quedan artesanos de ese tipo. Pienso que se debería hacer cursos para que estos oficios no se perdieran. Sé que es muy difícil competir con los productos de importación. Hemos podido ver cómo tiendas dedicadas a estos productos han tenido que cerrar, por la competencia de ese tipo de artículos, pero esperemos que estos oficios tan antiguos se conserven en el tiempo.