La petición del alcalde, José María González, Kichi, a los sindicatos policiales de que  “no se coja a la ciudad, al Carnaval y a la gente como rehenes de reivindicaciones que son legítimas pero que son laborales y, por lo tanto, no pueden secuestrar una fiesta tan importante y que genera tanto dinamismo económico” han encrespado más los ánimos entre los representantes de los funcionarios.

Los representantes de la plantilla han lamentado las palabras del primer edil y le han recomendado que “tenga la boca cerrada y no salga al tuntún, arremetiendo a diestro y siniestro” contra los empleados públicos.

En Carnaval, “vamos a cumplir nuestro horario laboral”, se comprometen, pero remarcan que, a lo peor, el equipo de Gobierno no podrá disponer “del refuerzo imprescindible que necesita un evento de esta envergadura”.

En este sentido, recuerdan que la propuesta de mejoras laborales que había sobre la mesa, tras dos años de negociación, contemplaba que la Policía Local cumpliría con servicios extraordinarios, y así lo hizo en Navidad, la carrera de San Silvestre, la Cabalgata de Reyes, el Carnaval no oficial o la Semana Santa. Pero fue el propio Kichi, remarcan, quien dio por roto el acuerdo ante la amenaza de huelga de los trabajadores del Teatro Falla.

“El alcalde es el único rehén al ceder a las presiones de otro sindicato”, afirman, y le acusan de mentir cuando asegura que ha creado un marco de diálogo para negociar el acuerdo regulador de las condiciones de trabajo del personal funcionario porque “ya existía”. Finalmente, le piden que “deje de escurrir el bulto” y asuma responsabilidades porque “es experto en culpar a los demás” de los problemas existentes en el seno del Ayuntamiento.