El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, ha destacado que Antonio Ceballos “ha sido un hombre muy humilde y enormemente bondadoso que ha dejado un rastro de vida evangélica y de pastor bueno, entregado a todos y muy orante”.
Por todo ello “ha sido muy querido en Jaén, su tierra, pero también en Ciudad Rodrigo, su primera sede episcopal y en Cádiz y Ceuta, donde ejerció desde el año 1993 al 2011, cuando el Santo Padre aceptó su renuncia por edad”.
Asimismo, destacó que “su pastoreo fue decisivo en la aplicación de la renovación del Concilio Vaticano II y en una orientación de la vida pastoral que afrontaba ya un cambio cultural que llega hasta hoy”, y remarcó que “el Sínodo Diocesano del año 2000 convocado por el dejó una impronta y unas directrices de trabajo que están aún presentes”.
Finalmente, pidió a todos los fieles que se unieran a una oración por su eterno descanso y dieran “las gracias por su entrega como pastor de la diócesis durante tantos años que el Señor recompensará con creces”.