El subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco, ha reivindicado “las virtudes que tiene nuestra Carta Magna” en el acto de conmemoración del 45 aniversario de la Constitución, en una intervención cargada de mensajes entre líneas sobre la actual coyuntura política nacional.
En este sentido, ha advertido de que “nada tiene que ver nuestra Carta Magna con un arma arrojadiza para fomentar la confrontación y la lucha de unos contra otros”, ni con “envolvernos en la Constitución según nuestra conveniencia y falta de obligaciones más elementales que nos marca, como puede ser la renovación de órganos esenciales”, en lo que parecía una alusión clara al bloqueo del Poder Judicial desde hace cinco años.
Por ello, ha apelado a la importancia de “la palabra como el instrumento más valioso e imprescindible para avanzar y para consolidarnos como sociedad”.
Pacheco ha sostenido que “España es uno de los estados de derecho más plenos e importantes del mundo” y, por lo tanto, “hay que cuidarlo como uno de nuestros grandes tesoros”.
En este punto, ha alertado de fenómenos como “la post-verdad, las fake new o el clickbait” y ha pedido reflexionar sobre los motivos por los que “la gran mayoría de los contenidos que recibimos en nuestro móvil coinciden con nuestras creencias”.
El subdelegado del Gobierno ha pedido responsabilidad especialmente a los medios de comunicación para ofrecer información veraz y con rigor, pero también a instituciones y ciudadanía para “proteger nuestra democracia frente a la crispación y la mentira”.
Pacheco también se ha felicitado por el papel de España en la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, “consolidando su liderazgo internacional” y se ha detenido en dos asuntos de actualidad.
Por un lado, se ha referido a “la diversidad y la pluralidad de nuestra tierra” como motivo de orgullo y se ha comprometido a que, “mientras siga habiendo delitos de odio, insultos y vejaciones al diferente, discriminación directa o indirecta en los ámbitos social o laboral, tendremos que seguir trabajando y luchando” porque “el respeto por los demás y la denuncia de todas las situaciones injustas en las que se ataca o menosprecia al diferente nos convierte en personas decentes”.
“Una decencia que tampoco alcanzaremos como sociedad -ha agregado- mientras se siga matando a las mujeres. No son números, son vidas robadas”. Y ha concluido lamentando la existencia de la prostitución y la explotación de las mujeres, los prejuicios y los estereotipos sexistas, la misoginia y el odio porque con ello “nuestra democracia se rompe”.
