Los alumnos de las titulaciones de grado, adecuadas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), pagan en las universidades públicas entre un 13 y un 16 por ciento más de media por crédito matriculado que los estudiantes de las carreras tradicionales de dos ciclos.
Sin embargo, los estudiantes de grado abonan menos en total por la carrera completa como consecuencia de una carga lectiva total inferior, que reduce el precio final, según una simulación de costes publicada por el Ministerio de Educación en el informe "Datos y Cifras del Sistema Universitario" (curso 2010-2011).
El coste para un estudiante de un curso (60 créditos) de una titulación genérica de grado supondría 878 euros, que se reducirían a 776 euros si es una carrera convencional.
Un alumno de grado pagaría 3.512 euros por toda la titulación, en tanto que el precio para un estudiante de segundo ciclo sería de 3.879 euros, si bien es cierto que el número de créditos es mayor en el segundo caso (300), dado que las nuevas titulaciones acogidas al proceso de Bolonia requieren, en general, sólo 240.
Las diferencias de precios se mantienen aun en caso de penalización por la matriculación de asignaturas que se repiten, según el documentos citado.
Este curso, las universidades sólo han podido ofrecer plazas de nuevo ingreso para grados, pero mantienen las enseñanzas previas, hasta su extinción, para alumnos matriculados con anterioridad.
En la mayoría de las comunidades, las tasas académicas son más altas en los grados que en los otros estudios aún vigentes, pero iguales en Andalucía, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Galicia.
En Murcia, el crédito de los grados es más barato en las titulaciones de experimentalidad máxima.
Como media nacional, los universitarios abonan 10,26 euros por crédito cursado por vez primera en la experimentalidad mínima de los estudios tradicionales y 15,44 euros en la máxima.
Las tasas son más altas en los grados: 11,58 y 17,90 euros, respectivamente.
La diferencia de precio puede ser superior al 38 por ciento en la experimentalidad más alta, como en Cataluña y Castilla y León, o apenas del 3 por ciento en la más baja, como en Extremadura.
El profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén Juan Hernández Armenteros recuerda, en declaraciones a EFE, que existe cierta discrecionalidad cuando se fijan los precios, dentro de una horquilla aprobada por la Conferencia General de Política Universitaria.
Sin embargo, no hay "ninguna" razón objetiva, prosigue, para cobrar unas cantidades u otras por crédito, pues no son referencia de coste real.
Lo que pagan los alumnos es de media el 8 ó 10 por ciento del gasto que supone la actividad universitaria, dice.
Una vez que se implante la contabilidad analítica, precisa, podrá conocerse el coste real de cada titulación.
Interpreta que las diferencia de tasas puede deberse a que las universidades necesitan mantener unos ingresos similares procedentes de los alumnos, ya que el volumen de créditos del conjunto de grados pudiera ser menor que el global de licenciaturas e ingenierías superiores (titulaciones largas) y diplomaturas.
Matiza que todo depende de cada universidad y de su oferta académica; admite que haya podido subirse el crédito del grado para acercarse a la medias estatales y que las titulaciones con más de 75 estudiantes exigen más grupos y profesorado, aunque se ha reducido la presencialidad.
Fuentes de la administración educativa de Castilla y León justifican la subida porque los precios eran muy bajos en la comunidad, particularmente en las titulaciones más experimentales, lo que no quiere decir, matizan, que sea más caro estudiar allí que en otros lugares.
Las tasas y los incrementos, aseguran, están pactados con los rectores de los universidades públicas.
Recuerdan que una carrera tradicional y una de Bolonia pueden dar lugar al mismo título, pero su estructura, metodología docente y nivel de prácticas son más exigentes y también implican inversión en infraestructuras.