"Si en Salzburgo sus calles y sus edificios suenan a Mozart, aquí, en Cádiz, debería pasar lo mismo con Manuel de Falla", ha reivindicado Manuel Ferrand, el director del Festival de Música Española, durante el homenaje que el certamen ha ofrecido al compositor en el 140 aniversario de su nacimiento.
En su intervención tras inaugurar una exposición en memoria de Falla y asistir a un concierto con algunas de sus principales piezas, Ferrand ha querido recordar que en Europa se ensalza a los grandes autores de música y ha echado en falta que "todos los rincones de Cádiz" no rezumen la importancia que ha tenido para este arte la trayectoria del compositor gaditano, autor de 'El amor brujo' o 'La Atlántida'.
Manuel de Falla nació el 23 de noviembre de 1876, en una casa de la Plaza de Mina de la capital gaditana, cuando la ciudad aún conservaba parte de su crisol de culturas como ciudad capital del intercambio comercial por vía marítima.
Su infancia, llegó a recordar él mismo, fueron los cantes y bailes que le enseñaba la Morilla, la mujer que le cuidaba en su casa, y las primeras clases que recibió de Eloísa Galluzzo, amiga de su madre.
Allí, en esa casa donde nació Falla, el Ateneo de Cádiz ha entregado hoy su tradicional ramo de flores y la cantaora Encarna Anillo ha entonado una alegría, palo flamenco gaditano por excelencia: "Cuando salgo de Cádiz, me llevo sal, para donde no la hay, yo regalar".
Falla repartió su particular sal por varios escenarios, Madrid, París, Granada, donde fijó su residencia, o Argentina, donde finalmente murió, aunque sus restos descansan en la cripta de la Catedral de Cádiz, bajo el nivel del mar.
El pintor cubano Pedro Garciarias ha querido con la exposición 'El jardín sumergido' trazar la trayectoria vital de Falla con tres colores, el azul, el rosa y el verde, los que le evocan el agua del jardín que él vio en la casa granadina de Falla, su carmen.
La muestra, con influencias de Mattisse, Georgina O'Keeffe o Diego Rivera, ha quedado abierta hasta el 8 de enero en el Museo de Cádiz, ubicado en la Plaza Mina, muy cerca de la casa natal del músico, con piezas de varios formatos y tamaños, que concluye con lo que se ha denominado una maleta collage, que contiene un pequeño piano, unas zapatillas de baile y otros elementos que evocan la creación artística de Falla.
La gerente del Archivo Manuel de Falla, Elena García de Paredes, sobrina nieta del compositor, cree que esta exposición, el Festival de Música Española y el homenaje cada 23 de noviembre en Cádiz sirven para "reivindicar la figura básica que tiene y debe tener para la cultura de España", algo en lo que cree hace falta un "apoyo institucional claro", como lo ha existido en Granada.
El acto de recuerdo a Falla también ha servido para presentar un libro de la autora K. Kummerlin llamado 'Blanca y la batuta de Confuncio', pensado para acercar la figura personal y profesional del compositor gaditano a los niños.