Los ministros de Interior de España, Francia, Marruecos y Portugal acordaron hoy reforzar la cooperación policial para mejorar la gestión de los flujos migratorios, un ámbito en el que destacaron los avances ya logrados.
Así se recoge en las conclusiones de la tercera reunión de este organismo, creado en 2013, en la que los representantes de los cuatro gobiernos lamentaron el "drama humanitario" ocurrido recientemente frente a las costas de Italia y recordaron que todos ellos ya aprobaron medidas para intentar frenar tragedias similares.
"En esta zona del Mediterráneo occidental también ha habido tragedias en el pasado y por ello implementamos medidas contra la inmigración ilegal que han dado resultado", defendió el titular de Interior español, Jorge Fernández Díaz, en rueda de prensa posterior al encuentro celebrado en Oeiras, a 20 kilómetros de Lisboa.
Durante su intervención ante los medios, el ministro español valoró la prevención en origen como una de las claves para afrontar ese desafío.
Fernández Díaz recordó la llamada "crisis de los cayucos", cuando decenas de miles de inmigrantes procedentes sobre todo de Mauritania y Senegal se lanzaron al mar para alcanzar las costas españolas, concretamente las de las Islas Canarias.
"En los últimos años no ha salido ni un solo cayuco desde las costas de Mauritania y Senegal, precisamente porque hemos desarrollado esas políticas", argumentó.
En este sentido resaltó la importancia del trabajo de Marruecos, en contraste con lo que ocurre en el Mediterráneo central debido a la difícil situación que se vive en Libia, un "estado fallido (...) que no está en condiciones para combatir ese éxodo humano", lo que, añadió, dificulta encontrar una solución.
Ya el año pasado, en la reunión celebrada en París, el G4 reclamó a la UE más solidaridad y fondos para actuar en origen y mejorar el control de fronteras en los países de destino y en los de tránsito, medidas similares a las que fueron acordadas la semana pasada en una cumbre extraordinaria europea convocada tras la muerte de cientos de inmigrantes cuando intentaban llegar a Italia.
"No es que fuéramos entonces premonitorios, pero sí poníamos de manifiesto la necesidad de afrontar esta realidad (...) Estamos avanzando, pero hay que hacerlo siempre dentro de la legalidad internacional", recordó.
Fernández Díaz asumió que, para aplicar una de las políticas clave en esta lucha contra las redes de tráfico de personas como es la destrucción de sus embarcaciones, hace falta una base jurídica que exige "acuerdos no sólo a nivel europeo, también a escala internacional" en los que se está trabajando.
"Si hoy el foco no está puesto en el Mediterráneo occidental, hay que reconocer que es en gran medida porque los países que integramos este foro estamos aplicando estas políticas -argumentó-. Sin ellas posiblemente la tragedia del Mediterráneo central también se estaría produciendo aquí, porque en el pasado ya ocurrió".
El ministro de Interior marroquí, Mohamed Hassad, incidió en que su país también se encuentra "muy satisfecho con los resultados" de las medidas puestas en práctica en el marco del G4 y subrayó que el control de la inmigración irregular es ahora "muy eficaz" gracias a la cooperación con España.
"Marruecos no es la policía de Europa, lo que intentamos es proteger vidas humanas y que no corran ese riesgo", defendió durante su intervención.
Recordó, asimismo, la decisión de Rabat de "regularizar" durante 2014 a los inmigrantes sin documentación que se encontraban en su país.
El titular francés de Interior, Bernard Cazeneuve, consideró que, para evitar tragedias humanas como la registrada la semana pasada, lo más importante es "acabar con las redes" de tráfico de personas que se aprovechan de la desesperación de quienes buscan un futuro mejor para hacer negocio.
Su homóloga portuguesa, Anabela Rodrigues, citó como ejemplo concreto de este esfuerzo por estrechar la cooperación en el seno del G4 la existencia de agentes de los cuatro países en centros policiales de Algeciras y Tánger.
Rodrigues informó, además, de que la presidencia de este foro -ahora en manos lusas- pasará en 2016 a España, el único de los cuatro países que todavía no había desempeñado el puesto y que será responsable de organizar un nuevo encuentro anual.
El G4, cuya primera reunión anual se celebró en Rabat en 2013, cuenta con cuatro objetivos principales: el combate al narcotráfico, la gestión de flujos migratorios, la lucha contra el terrorismo y el refuerzo de la cooperación policial.