El próximo domingo 1 de octubre a las 13 horas se hará una ofrenda floral en la estatua de Sancho IV el Bravo situada a los pies de la histórica torre de Guzmán el Bueno, con motivo de los 725 años de la conquista de Tarifa por este rey castellano.
Según la crónica cristiana, el día de San Mateo Apóstol del 1292 o sea el 21 de septiembre de aquel año, las fuerzas castellanas que sitiaban Tarifa con la ayuda del reino nazarí de Granada, lograron vencer la resistencia de los benimerines africanos, consiguiendo entrar triunfantes en la plaza de Tarifa, que desde entonces se convirtió en la llave que impidió nuevas invasiones musulmanas.
Los miembros de la que fue Comisión Municipal del VII Centenario de la Toma de Tarifa no han querido que pasara desapercibida una efemérides como la que ahora se conmemora, por lo que han decidido organizar una serie de actos que recuerden uno de los acontecimientos históricos más importantes ocurridos en Tarifa.
Con los actos que se han organizado, también se quiere recordar los que se celebraron con motivo de los 700 años de la conquista de Tarifa en el año 1992, en especial la erección de la estatua de Sancho IV, obra de Manuel Reiné Jiménez, y la creación de la bandera municipal de Tarifa.
El primer acto previsto es la ofrenda floral del próximo domingo, que será amenizada por la banda municipal de música. En semanas posteriores habrá una mesa redonda y tres conferencias de carácter histórico centradas en el episodio de la conquista de Tarifa por Sancho IV.
En contra de lo que muchos creen, Tarifa fue conquistada al reino de Marruecos, que poseía varias plazas en la zona norte del estrecho de Gibraltar, entre ellas Algeciras y Gibraltar. Un territorio regido por el hijo del sultán de Marruecos Abomelique, que recibía el nombre de reino de Algeciras, aunque en realidad no era un reino independiente.
Cuando Alfonso XI conquistó Algeciras a mitad del siglo XIV, añadió a sus títulos el de rey de Algeciras, que sigue conservando el actual rey de España. Para la conquista de Tarifa el rey castellano Sancho IV contó con la ayuda del reino musulmán de Granada, que le suministró armamento y protegió la retaguardia de las tropas cristianas.