El Salón de Plenos acogió en la tarde de este martes la entrega de las Insignias de Sancti Petri que el Ayuntamiento de Chiclana entrega cada año en vísperas de la conmemoración del Día de Andalucía. En esta ocasión los distinguidos han sido Ana Alonso y Paco Muriel, cordobesa e isleño de nacimiento respectivamente, aunque ellos se consideran chiclaneros hasta la médula por todo lo que la ciudad les ha dado desde que llegaron a ella y, como no, por lo que ellos le han aportado desde sus respectivas profesiones desde su llegada.
El acto institucional estuvo presidido por el alcalde, José María Román, y contó con la presencia de otros compañeros de la Corporación, así como de familiares y amigos de los homenajeados.
Román inició su discurso recordando primero la importancia de lo que para los andaluces supone cada año la conmemoración del 28-F, dados los avances que se han producido en la comunidad autónoma en diversos campos desde que Andalucía goza de su estatuto de autonomía.
Posteriormente, el primer edil repaso el currículum de cada uno de los homenajeados y, en primer lugar, el de Ana Alonso, cordobesa que lleva más de 30 años en Chiclana y que ha sido profesora de Secundaria de Chiclana. Además, cuenta con una dilatada trayectoria profesional en defensa de la equidad de género y con sus múltiples aportaciones a la coeducación, elaborando materiales, impartiendo cursos o desarrollando proyectos. Es profesora de Física y Química, tiene una amplia formación científica y durante casi tres décadas lleva dando clases en el IES Poeta García Gutiérrez.
Desde 1994, coordina el grupo
De la escuela mixta a la coeducación, con el que contribuye a la construcción de unas relaciones más igualitarias entre alumnos y alumnas. Siempre comprometida con la enseñanza y apasionada defensora de la igualdad de género, forma parte del grupo de personas expertas, nombradas por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, encargadas de elaborar el I Plan de Igualdad entre Hombres y Mujeres en Educación. Un plan que impulsó desde la Jefatura de Servicio de Planes de Formación de la Dirección General de Innovación Educativa y Formación del Profesorado de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía desde el 2005 al 2007.
Presidenta de la Asociación de Docentes por la Equidad de Género y la Educación no Androcéntrica (DEGENA) es una de las mayores expertas en coeducación del país. Desde una perspectiva innovadora, plantea la educación para la igualdad como una tarea de toda la comunidad educativa, impulsando distintas estrategias encaminadas a conseguir una Escuela Coeducativa.
Ha sido ponente a nivel nacional en multitud de actividades formativas dirigidas al profesorado, coordinadora de grupos de trabajo e impulsora del Feminario de Chiclana, colectivo formado por docentes de la localidad que trabajan para la sensibilización y visibilización de las mujeres que han quedado ensombrecidas por la historia.
Su trabajo infatigable por la igualdad la ha hecho merecedora de varios galardones, bien a título individual o como coordinadora del grupo de trabajo, como el Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer, el XI Premio de divulgación feminista Carmen de Burgos, el Premio María Zambrano de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social y el Premio Clara Campoamor en 2013.
Además, el pasado 20 de octubre, la Junta de Andalucía le concedió la Medalla de Oro al Mérito en la Educación de la Comunidad Autónoma de Andalucía, en reconocimiento al esfuerzo, la dedicación y el entusiasmo del profesorado y de cuantas instituciones y entidades hacen posible la formación de una ciudadanía responsable, crítica, culta y comprometida con los valores que sustentan nuestra convivencia en democracia. Gracias a ese esfuerzo se generan las prácticas que representan esa educación de calidad en igualdad por la que trabajamos, y son ellas las que pueden garantizar que Andalucía siga caminando por la senda del progreso y la justicia social, cuando las jóvenes generaciones asuman sus responsabilidades históricas.
En definitiva, Ana Alonso trabaja incansablemente para la construcción de un modelo educativo no androcéntrico, desde el compromiso social de educar en igualdad, convencida de que la coeducación se revela como una necesidad ineludible de la sociedad democrática.
Ana Alonso
Ana Alonso dejó claro durante su intervención, tras recibir la insignia, que “es una distinción que comparto con el grupo de coeducación con el que he trabajado tantos años. Esto es parte de todo ese largo camino que hemos recorrido juntos de manera tan afortunada”.
La cordobesa añadió que “este acto oficializa el ser hija de Chiclana, aunque yo ya me lo sentía desde hace tiempo. Llevo 30 años aquí y no fue por azar o por el concurso de traslado, sino que fue elegida porque quise. Es importante nacer en un sitio, pero también escoger bien en el que vas a vivir. Aquí han crecido mis hijos, he hecho mis amistades definitivas y he sido feliz con el compañero de mi vida”.
Por último, se acordó de todos los alumnos que han pasado por sus aulas y que a día de hoy le siguen dando muchas muestras de cariño, así como de las mujeres de Chiclana y esas asociaciones que han ido florenciendo a raíz de la aparición de Asocum, “con las que siempre he colaborado y seguiré colaborando como miembro del Feminario de Chiclana”.
La segunda de las insignias de Sancti Petri recayó en Paco Muriel, nacido en San Fernando pero vinculado desde hace muchos años a Chiclana por su labor en los medios de comunicación, primero como fotógrafo y luego abriendo la primera televisión local de Chiclana. Precisamente el alcalde tuvo palabras de elogio por todo lo que le ha dado a la ciudad a través de su cámara, “es difícil echar la vista atrás para conocer la historia de Chiclana a través de una fotografía y que ésta no fuera de Paco”, dijo Román.
El alcalde, además, tuvo palabras de reconocimiento para su mujer, “por saber aguantar durante tanto tiempo una profesión tan dura que no conoce horas” y, además, hizo mención a su hijo Jesús y su nuera Leticia, que han recogido su testigo y captan a diario toda la actualidad de Chiclana con el objetivo de sus cámaras de video.
Por último, Román dio las gracias a Paco Muriel y le echó, entre comillas, las culpas de que gran parte del crecimiento demográfico de Chiclana se deba a su labor en los medios de comunicación por difundir las bondades del municipio fuera de sus fronteras.
Paco Muriel
En cuanto al discurso de Paco Muriel, mejor empezar por donde lo acabó. “Yo lo único que puedo decir es que en Chiclana ha encontrado a gente maravillosa, eso es lo que es este pueblo”, lo que arrancó una atronadora ovación del respetable.
Previamente, el fotógrafo no se olvidó del turno de agradecimientos. “A mi mujer, que no me pidió el divorcio de milagro, a mi cuñado, así como a Vipren o a Polanco, que en aquella época tan malo me ayudaron a que la tele pudiese subsistir. Tampoco me puedo olvidar de mi hermano Enrique o mi hijo Jesús, de Nicolás Ballesteros y, como no, de Pepita. También la peña flamenca, las carnavalescas, etc…, pero sobre todo a ese pueblo de Chiclana que me abría las puertas de una forma impresionante cuando nos veían. Y al Ayuntamiento, ya que en mi época sólo me faltó que me pusieran una cama aquí…, aunque también me quitaban las multas cuando aparcaba aquí abajo (risas)”.
Además, y a modo de anécdota simpática, recordó que “no tengo muchos premios y recuerdo que me quisieron dar uno en Sevilla a la popularidad, pero me pedían un dineral y además tenía que ir vestido de pingüino…”.