Jose Ramón de Castro González, más conocido como Ramoni, fue el encargado de abrir el Carnaval de Chiclana 2020 este domingo ante una abarrotada Alameda del Río, que se quedó pequeña pasa presenciar el pistoletazo de salida ofrecido por el reconocido coplero gaditano, afincado en Chiclana.
Ramoni encarnó la figura del Dios Melkart custodiando el islote de Sancti Petri y poco a poco fue desgranando sus andanzas hasta convertirse en Hércules. Todo ello acompañado por un grupo de fenicios a los que encargó la finalización del castillo y a los que les pudo más las ganas de Carnaval que de trabajar, dejando la obra incompleta. Una cuadrilla de fenicios comandada por el carnavalero Manuel Rodríguez, de la peña
Perico Alcántara, y un Dios Melkart que se dejó guiar en su paseo por la historia de Chiclana por un oráculo encarnado por Soledad Ariza, que le dio más de un quebradero de cabeza.
Fue un pregón en el que la copla le ganó mucho terreno a la palabra y en el que Ramoni se presentó en principio como Melkart, pero al probar las grandes “virtudes gastronómicas de Chiclana” como las hortalizas, la carne o el pescado ya se le conocía como “
Merca-dona”.
Tras esta primera introducción, Soledad Ariza fue capaz de levantar al público de sus asientos a ritmo de tanguillo y su “enamoramiento” en la punta del Boquerón con el que pronto “se va a casar”, sacando para sorpresa de todos de una nevera el famoso
satisfayer, al que le declaró su amor eterno sobre el escenario de la Alameda del Río.
Ramoni destacó la conexión que entre chiclaneros y gaditanos hay por el mar a través de la isla de Sancti Petri y, tras ello, fue el turno de nuevo para la copla con la improvisada chirigota
Los que juegan al Tetris en el Castillo de Sancti Petri, quienes cantaron al Dios Melkart y su pasión por la comida.
El pregonero no olvidó los tintes reivindicativos durante su disertación y, tras transformarse en Hércules al llegar la época romana destacó el respeto que en aquella época existía a la condición sexual, “cuando hoy día parece que vamos dando pasos hacia atrás”. La tardanza en acabar las obras del tranvía fue objeto de otra copla, a lo que el pregonero sumó en su discurso la necesidad de recuperar la almadraba en el poblado de Sancti Petri “tras más de 2.000 años de industria conservera”.
Poco a poco y avanzando en la historia analizó la llegada de los musulmanes por estas tierras o de como los franceses no pudieron pasar y que el legado de tantas civilizaciones han dejado hoy día “una Chiclana de campos, bodegas, sus gentes, sus playas, olorosos, moscateles, fino, butifarra, chicharrones, manteca, los olores de su plaza, sus dulces, sus torrijas o las Madres Agustinas con sus tortitas de almendras…”, añadiendo que “Chiclana tiene de todo, una tierra exquisita, a ver si no es para comerte entera”.
Ramoni tampoco se olvidó en su pregón de chiclaneros ilustres que han sido pasado y presente de esta tierra como Antonio Alemania, Antonio Reyes, Quiñones, María Parrado, Enrique Montero,
La prohibida,
El granaíno, Sebastián Gessa, Rancapino,
Ratón Periñán, Pérez Corso o Perico Soriano, cuyo nombre provocó el aplauso unánime del respetable.
El coplero gaditano hizo referencia a que quizás por ser el chiclanero descendiente del Dios Melkart “se forjó a base de luchar y luchar por esta tierra. Con Chiclana no ha podido ni un maremoto, ni los temporales”. Llegados a este punto, llegó uno de los momentos nostálgicos del pregón con el recuerdo a la riada y nada mejor que el pasodoble que en su día le dedicó a Chiclana la comparsa portuense
Los gondoleros venecianos para recordar aquella tragedia.
Otra de las reivindicaciones que hizo el pregonero fue la situación del planeta y como se está viendo afectado debido al cambio climático. Fue entonces el turno para la cantera y la actuación de la chirigota
Los pequeños fenicios del 3x4.
Poco a poco el pregón tocaba a su fin tras casi una hora y Ramoni reclamó más presencia de la mujer en el Carnaval de Chiclana, “mujeres para reivindicar con un partido feminista con sus coloretes pintados”. Recogieron el testigo
Las fenicias del Melkart, quienes dedicaron un cuplé al presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el propio Ramoni dedicó una copla a sus fenicias y a todas las mujeres que se concentraron en la Alameda Moreno del Río.
Con la interpretación del himno de Chiclana y del
Credo de Juan Carlos Aragón se acabó el pregón y quedó inaugurado de manera oficial el Carnaval.
Insignia de Oro
A renglón seguido, el alcalde hizo entrega de un obsequio al pregonero del Carnaval chiclanera y, además, Román impuso la Insignia de Oro del Carnaval a José Manzano Pérez,
El Cojo de Solagitas, aunque también es conocido como
El Cojo Caki.
José Manzano Pérez nació en Chiclana en 1941 y es padre de Antonio Manzano Marín,
El Capi, chirigotero de la Peña Carnavalesca
Hombres del Campo y que ha sido de los más jóvenes en subirse a un escenario.
Comparsista, chirigotero y cuartetero, se trata de una persona con una afición tremenda, no en balde fue uno de los impulsores, junto con su cuñado Paco Magariño y José Pérez Corso, de la comparsa que posteriormente salió con el nombre de
Los payadores del Plata (1978), su primera agrupación en fecha democráticas. No obstante, antes había salido en agrupaciones como
Los turistas (1965),
Los discípulos de Machín (1968) y
Los piratas del aire (1970).
Posteriormente, a
Los payadores siguieron
Los puretas satirones (1980),
Las Viuditas alegres (1982),
Margaret Tacha y tres argentinos con mucha guasa (1983),
Travesuras de Popeye (1986),
Las tres carabelas del 92 (1992),
Me rio hasta de mi sombra (1993),
Las tortas de las monjas (1994),
Jochelín y tres damas de postín (1995),
Giacomo Casanova, secretos de alcoba (1996), y
Currito, príncipe de Triana, su mujer, su suegra y su hermana (1997).
En 1998 la Peña Carnavalesca
Hombres del Campo le hizo entrega de su V Langostino de Plata, un reconocimiento muy merecido para tan gran luchador y aficionado al Carnaval.