Tal vez no sea Míchel la cuestión de los problemas de un equipo que campea, tras un tercio de Liga, por el undécimo puesto, o lo que es lo mismo, por tierra de nadie. Pero claro, como diría aquel, una tensa cuerda siempre se rompe por el lugar más frágil, y lo sencillo en toda esta historia es señalar y juzgar al rival más débil.


No obstante, no hay que restarle culpa a un técnico que ‘tiene lo que tiene’, pero que le da para estar mucho más arriba de lo que en la actualidad está. 18 puntos en 14 jornadas es una cifra paupérrima para un club que pretende regresar a Europa.


Y si, además, comenzamos a proporcionar las siempre odiosas comparaciones hay un guarismo que lo delata. Sólo ha sumado 4 puntos en los últimos seis encuentros, el empate en casa ante el Levante y la victoria aplastante en el derbi. Un 4 de 18 no muy lejos de aquellos números que sentenciaron a un Marcelino que a estas alturas de Liga obtenía 22 puntos para ser sexto en la tabla. Dos jornadas después comenzaría su particular calvario. Un único punto en siete partidos rompió la balanza para que el cántabro tuviera que abandonar la disciplina rojiblanca. Es decir, si Marcelino se fue por un 1 de 21 puntos, Míchel si perdiese a domicilio en Cornellá sumaría un 4 de 21, ‘salvándole’ el triunfo ante el Betis. Aunque si cae ante el Espanyol es probable que no se coma los mantecados. Ya se mira a Mallorca, a Caparrós.

 

Cornellá puede marcar su futuro

El presidente, José María del Nido, bajó al vestuario tras la derrota ante el Valladolid para alentar a los suyos. Pero cuidado, el benévolo aviso ya está dado.

 

Y Caparrós, a punto de firmar su finiquito

Sigue revoloteando por la mente de muchos que desean su vuelta. La realidad es que Caparrós, sino suma ante el Levante, firmará su sentencia.