El delantero centro suele ser muy especial, un tipo generalmente egoísta, pendiente de su gol dominical, ególatra, solitario y uraño, que aunque no lo diga, antepone sus números a los del equipo.
En nuestro club, sin embargo, tenemos a un santo a punto para la beatificacion, un bendito. En definitiva, un hombre triste y apartado de su sueño: la red contraria.
El 9 se llama Juanmi y juega en el Racing y yo lo compadezco y admiro escribiéndole estas líneas. No se puede pedir más con menos que le están ofreciendo sus compañeros, unos muchachos que se han olvidado de surtir a nuestro protagonista. Les hablo de los Pedrito, Rober, Alberto y un Benítez que busca el pase siempre lineal; perfílelo, como los toreros ventajistas, sin arriesgar la pierna, sin querer exponer la pelota.
Y así andamos en nuestro club porteño, dando tumbos, con solo 2 goles en el casillero y un punta, nuestro matador, olvidado por todos, sin ofrecerle un balón al espacio, un pase raso. No, eso no, todo viene a través de Iberia, con nieve, midiendo la criatura 1,70.
Es inexplicable como el equipo haya dejado en pocas semanas de creer en la filosofías de Mere. El buen trato de la muda ha dado paso a los cañonazos de Bajic y Galiano.
Dio pena como machacaban los defensas contrarios a Juanmi en el partido contra el Cabezense. Los centrales se lo comieron agrandados por las facilidades que les dio un Racing que no tuvo piedad con su centro delantero. A este chaval lo maltrataron igualmente los adversarios que sus compañeros de tropa.
Cuánto te recuerdo Juanmi, qué pocos saben la semana que pasa un 9 cuando no mete un gol el domingo, lo eterna que se hace, los comentarios familiares, o de directivos intentándote animar con una palabra inapropiada, las vueltas a la cabeza que se dan. Qué sabe nadie lo que son 90 minutos sin recibirla en ventaja para que suene ese sonidito tan especial que hace la bola al besar y fundirse con la red.
Un día, sin saber también los motivos, todo cambiará y tu estarás en el sitio. Los interiores, el organizador o la Divina Providencia te dejarán una pelotita con tu nombre, estarás ahí, la meterás y yo reiré cuando la vida te de un beso en la frente.
Soy Juanmi, juego en el Racing.