El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, acompañado por el alcalde de El Puerto de Santa María, Alfonso Candón, y por el jefe de la Demarcación de Costas de Andalucía Atlántico, Patricio Poullet, ha visitado esta mañana las obras del nuevo acceso peatonal a la playa de El Ancla.
De Torre ha destacado la buena colaboración entre administraciones, que han detectado y atendido una necesidad de los vecinos y usuarios de la playa, ya que éstos accedían a la misma en condiciones de peligrosidad.
Esta actuación de la demarcación de Costas permite optimizar el uso de la playa, que contará con bajadas separadas para poder ocupar todo el largo del arenal, acción que se compatibiliza con la función de Costas de mantener y regenerar el litoral.
El subdelegado ha recordado que el Gobierno, a través de Costas, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, sigue trabajando por el litoral portuense con el espigón de Fuentebravía, con una inversión de 800.000 euros.
También se está pendiente de que el presidente de la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz (APBC), José Luis Blanco, indique la fecha en la que estarían en disposición de verter arena en el espigón.
Tras la realización del espigón por parte de Costas a la APBC se le echó el tiempo encima y no pudo acometer ese proceso de cara al verano pasado, por lo que ahora se está pendiente del proceso natural de regeneración de las playas para empezar a hacer ese vertido de arena, algo a lo que se ha comprometido la APBC.
Entre las competencias de Costas se encuentra la de garantizar el acceso público al mar, motivo por el que se decidió la creación de un nuevo acceso a la playa de Santa Catalina, en la zona de la urbanización ‘El Ancla’, de El Puerto de Santa María.
El nuevo acceso se sitúa al final de la Avenida Rosa de Los Vientos, la calle de acceso a la citada urbanización, entrando por la glorieta homónima. El presupuesto de adjudicación de las obras ha ascendido a 58.292 euros y las obras estarán finalizadas en un par de semanas.
Este tramo de costa de gran afluencia de usuarios, residentes y vacacionales, no contaba con un acceso adecuado a normativa en una longitud de 1.300 metros de línea de playa. Este nuevo acceso tiene especial relevancia, dado lo angosto del frente dunar, que hace dificultoso y peligroso el acceso campo a través.
Además, de este modo, se protege la flora y fauna existente en dicho frente dunar, al regular el tránsito peatonal desordenado por el mismo. Dado el gran desnivel existente y lo angosto del terreno no ha sido posible el diseño en forma de rampa.
Las obras consisten en la construcción de una escalera de madera de unos 90 metros de longitud y 1,80 ml de ancho útil, apoyada sobre pilotes de madera, evitando así el deterioro de la superficie dunar.
La protección de la flora y la fauna se compatibilizan así con la función social de uso ciudadano. En el inicio se ubica una pérgola de madera, a modo de mirador anexo al existente y, en el punto de desembarco en la playa, un castillete, que sirven de hitos de referencia de localización, desde urbanización y playa, al acceso.
Finalmente se accede a la playa con unas escalinatas acompañadas de barandilla, de las mismas características a las de acompañamiento de la pasarela longitudinal.