Un coche bomba explotó anoche cerca de un hotel en Londonderry, noroeste de Irlanda del Norte, sin causar víctimas, pero el ataque ocurrió horas después de que la Policía de la provincia advirtiera de que los grupos disidentes republicanos han intensificado su campaña armada.
La explosión -ocurrida cerca del hotel Da Vinci, en la calle Culmore Road- causó daños materiales a varios negocios del lugar, especialmente en un restaurante y el Banco del Ulster.
Según las fuerzas del orden norirlandesas, el coche explotó una hora después de que se recibiese una llamada telefónica advirtiendo de la colocación del artefacto.
El alcalde de la ciudad, Colm Eastwood, condenó el atentado, ocurrido poco antes de la pasada medianoche.
"No sé qué es lo que esta gente busca. Dicen que quieren su país pero pasan el tiempo tratando de destruirlo. La población de esta ciudad estará furiosa. Es sorprendente que alguien pueda colocar una bomba en cualquier lugar, pero especialmente en un área comercial", dijo.
La "número dos" de la Policía norirlandesa (PSNI), Judith Gillespie, y el comisario jefe de la Policía irlandesa (la Garda), Fachtna Murphy, afirmaron ayer que los grupos disidentes del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) opuestos al proceso de paz en la provincia han unido sus fuerzas para intensificar su campaña armada.
Aunque el tamaño de estas facciones republicanas escindidas no es significativo, Gillespie indicó, durante una conferencia sobre seguridad transfronteriza, que su peligrosidad radica en la "creciente capacidad" para cometer acciones terroristas con un mayor grado de sofisticación y eficacia.