El Consejo de Seguridad de la ONU ha deplorado los disturbios en la capital del Sáhara Occidental, El Aaiún, y en el campamento de Agdeim Izik, pero no se ha comprometido a emprender una investigación sobre lo sucedido, tal y como pedía el Frente Polisario. Los quince miembros del Consejo, entre permanentes y no permanentes, también han lamentado las víctimas y heridos.
El órgano de seguridad pudo escuchar en dos horas de reunión la comparecencia del enviado especial de la ONU para Sáhara Occidental, Christopher Ross, y la versión del departamento de pacificación de Naciones Unidas.
Al término del encuentro los delegados reiteraron su apoyo a la misión en la región, la MINURSO, y urgieron a las partes implicadas a demostrar su voluntad política de llegar a un entendimiento.
El embajador de Marruecos, Mohamed Loulichki, aseguró que su gobierno no tiene nada que esconder y compartirá toda la información sobre lo sucedido con los enviados de Naciones Unidas.
En cambio, el representante del Frente Polisario, Ahmed Boujari, señaló que la postura del Ejecutivo marroquí no es creíble, por lo que su grupo continuará pidiendo una investigación "completa" e independiente. "La conclusión del debate, a pesar de deplorar lo que ha ocurrido, no es suficiente", criticó, y añadió que la información de la que dispone el Polisario indica "que en el Sáhara Occidental ocurrió una gran tragedia".
Por su parte, el representante de Uganda, Ruhakana Rugunda, recordó que la MINURSO carece de un departamento de supervisión de Derechos Humanos. De hecho, es la única de las misiones de Naciones Unidas que no dispone de dicho componente, en parte debido al rechazo de Marruecos y su aliada Francia, informa el medio estadounidense Voice of America.