La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró ayer que su país no participará en el operativo militar de la OTAN contra Libia, aunque subrayó que comparte los objetivos finales de la resolución que adoptó el jueves el Consejo de Seguridad de la ONU.

“Alemania no participará en las medidas militares pero comparte los objetivos de la resolución”, aseguró la canciller.

No obstante, la jefa del gobierno alemán agregó que no se puede confundir la decisión alemana de “no tomar parte” en la operación con “la neutralidad” de su país con respecto a este asunto.

La canciller aprovechó su intervención para confirmar que acudirá a la cumbre extraordinaria para abordar la crisis libia que ha convocado de urgencia el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para hoy en París. efe


Merkel y su ministro de Defensa, Thomas de Maizière, decidieron horas antes que Alemania no participará con soldados en la citada operación, pero accedieron a reemplazar con sus soldados a los de otros países que salgan de Afganistán para ir a Libia.

Según habían indicado previamente círculos gubernamentales, Alemania propondrá a sus socios de la comunidad internacional, probablemente en el encuentro de mañana, que militares de las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr) sustituyan a especialistas de otros ejércitos como personal experto de las aeronaves “Awacs” de seguimiento y espionaje aéreo.

No obstante, esta medida precisa ser ratificada por el parlamento alemán (Bundestag) para poder ser aplicada.

El gobierno de centro-derecha de Merkel desea contar con el pertinente mandato parlamentario la próxima semana, un trámite legal que no debería ser un obstáculo debido a la mayoría suficiente de que disfruta la coalición gobernante de conservadores y liberales en la cámara baja.

Por su parte, el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, reiteró en una intervención en el Bundestag la posición oficial del Ejecutivo alemán, que quedó plasmada con la abstención de Alemania en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU.

Aseguró que Alemania está de acuerdo con el endurecimiento de las sanciones contra Muamar el Gadafi que prevé la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y con enfrentar al dictador africano con la Corte Penal Internacional (CPI).

No obstante, el gabinete de Merkel se muestra reticente a realizar una intervención militar en el país, una medida que considera que crea más problemas de los que resuelve, según el propio ministro de Exteriores.