El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebraba ayer su 50 cumpleaños en la Casa Blanca sin actos públicos y mientras prepara una estrategia de campaña que le permita recuperar la popularidad perdida.

El presidente estadounidense inició la celebración de su 50 cumpleaños en Chicago, su ciudad, con varios actos de recaudación de fondos para su campaña presidencial de 2012, que calificó “en algunos aspectos más importante que la pasada”.

“Estoy reportando desde Chicago. Con una pequeña celebración en mi casa”, dijo Barack Obama antes de conversar en una videoconferencia con seguidores demócratas.

Posteriormente, el presidente se dirigió a un gran evento de recaudación de fondos y más tarde tenía previsto una cena con donantes, que pagaron 35.800 dólares por entrada.

En el acto celebrado en la sala Aragon de Chicago, estaba acompañado por el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, quien fuera jefe de gabinete de Obama, y con el músico de jazz Herbie Hancok, que interpretó unas canciones al piano.

El viaje de Obama a Chicago es su primera salida de Washington en más de un mes, donde ha tenido que enfrentarse a la complicada crisis de la deuda en el Congreso y que amenazó con sumir a EEUU en la suspensión de pagos, algo que fue evitado por un pacto bipartidista.