Malo de Molina advierte del riesgo de que una parte del desempleo acabe siendo estructural en España
El Banco de España asegura que las probabilidades de recesión se han incrementado después de que las previsiones de crecimiento más recientes se hayan quedado "obsoletas", a pesar de las últimas revisiones a la baja.
En una conferencia pronunciada esta semana en Sevilla, el director del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, achacó el mayor riesgo de recesión al fuerte deterioro de la confianza, ya que el área euro es el centro de la inestabilidad financiera, aunque la tensión se ha extendido al conjunto de los mercados.
En este contexto, Malo de Molina reconoció que este verano en España se ha observado también un "claro descenso" de la confianza que apunta a un "debilitamiento" de la recuperación, tras el "modesto" ritmo de recuperación registrado hasta junio.
En concreto, afirma que prosigue la debilidad del consumo, mientras continúa la destrucción de empleo y se ha desacelerado la demanda de nuevas viviendas tras la desaparición de la desgravación fiscal, aunque ha habido buenas señales en las exportaciones de bienes y en el turismo, que siguen actuando como soporte de la economía española.
En esta misma línea, el director del Servicio de Estudios del banco emisor asegura que se ha iniciado el "esperado proceso" de moderación de la inflación, lo que, a su parecer, debería permitir avanzar en la "desinflación competitiva".
Con todo, Malo de Molina cree que la economía española se tiene que enfrentar a la crisis de deuda soberana en medio de un "duro" proceso de ajuste, que está afectando con singular intensidad al empleo, lo que agudiza el riesgo de que una parte del desempleo acabe siendo estructural.
A su parecer, la crisis de deuda soberana se debe a la acumulación de desequilibrios y a debilidades en la arquitectura institucional y admite, entre otras cosas, que el pacto de estabilidad y crecimiento no ha sido suficiente para garantizar la disciplina fiscal de los países del área.
Asimismo, achaca la crisis a la falta de atención que se ha prestado a la acumulación de otros desequilibrios de naturaleza no fiscal, como las pérdidas de competitividad reflejadas en el crecimiento desequilibrio exterior, el excesivo endeudamiento del sector privado o la acumulación de riesgos para la estabilidad financiera del área.
De la misma forma, reconoce la "escasa efectividad" de los mecanismos de coordinación de políticas económicas nacionales para potenciar la productividad, el empleo y el crecimiento, así como el "exceso de confianza" en la disciplina de unos mercados financieros "menos eficientes de lo que se creía".
LA CREDIBILIDAD DEL FEEF, FUNDAMENTAL
A su juicio, como consecuencia de todo esto Europa no contemplaba la posibilidad de una crisis de confianza en el euro, por lo que carecía de un mecanismo de gestión de crisis. La superación, por tanto, requiere la respuesta de los estados miembros y de la propia gobernanza del euro.
Según Malo de Molina, las perspectivas a corto plazo están condicionadas por la solución de la crisis de deuda soberana, por lo que es "fundamental" la credibilidad y fortaleza de los mecanismos de estabilidad del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) y la resistencia del sistema bancario.
Además, asegura que los países con fragilidades deben proseguir la consolidación fiscal para convencer a los inversores de la sostenibilidad de sus finanzas públicas, mientras que las políticas de crecimiento deben ser sostenibles y basarse en la corrección de desequilibrios y el avance de las reformas estructurales.