El fuerte viento y la lluvia que azotaron ayer la región de Los Abruzos amenazan a los 33.000 evacuados en los campamentos instalados tras el terremoto que ha devastado el centro de Italia, justo cuando se cumple una semana del seísmo. 

Las inclemencias meteorológicas son ahora el peor enemigo para las más de 12.000 personas que trabajan por devolver a la normalidad lo antes posible a Los Abruzos, golpeada sin descanso la pasada semana por más de ochocientos terremotos y en la que han perdido la vida, por el momento, 294 personas. 

El 30% de los mil edificios de la región italiana de Los Abruzos, afectada por el terremoto del pasado día 6, han sido declarados inhabitables tras ser inspeccionados por los técnicos del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil. 

Este dato, del que informaron ayer los medios de comunicación, es el primero que se conoce de las operaciones de verificación de los edificios afectados.