La UE y Rusia comenzarán a diseñar un nuevo marco de seguridad europea a mediados de 2009, con participación de EEUU, para tratar de evitar la instalación de un escudo antimisiles estadounidense en el este de Europa y el posterior despliegue de misiles rusos en Kaliningrado.


Este fue uno de los resultados más importantes de la vigésimo segunda cumbre UE-Rusia, celebrada ayer en Niza bajo la presidencia de turno del francés Nicolás Sarkozy, y su homólogo, Dimitri Medvedev, que poco después partieron hacia Washington para participar en la reunión económica del G-20 con “ideas muy próximas”, según dijeron.


La reanudación de las negociaciones para un acuerdo estratégico de asociación se contó también entre los logros de un encuentro “franco y cordial” –según los participantes– y que se ha caracterizado por conseguir más resultados de lo habitual en estas cumbres.


En materia de seguridad, el presidente francés y de turno de la UE propuso a Medvedev convocar a mediados de 2009 una reunión de la OSCE para estudiar, junto a EEUU, un nuevo marco de seguridad para Europa.


En este sentido, Sarkozy consideró que “no deberíamos hablar más del despliegue de escudos o de misiles que no aportan nada a la seguridad, sino que complican las cosas o nos hacen retroceder”.


Medvedev se mostró “completamente de acuerdo con que antes de la firma de un acuerdo global sobre seguridad europea, todos debemos abstenernos de tomar medidas unilaterales que influirían en esa seguridad”.


El presidente ruso añadió que “Rusia no ha tomado jamás decisiones unilaterales, sino como reacción a las medidas de algunos países europeos que, sin consultar a nadie, han llegado a acuerdos”, en referencia a los pactos de Polonia y República Checa con EEUU para colocar en su territorio un escudo antimisiles.