Los servicios funerarios no son los únicos actores de la cadena sanitaria, sino su "último eslabón"
El sector funerario en España asegura que está preparado para afrontar una segunda oleada de COVID-19 y evitar que ocurra lo mismo que durante los primeros meses de la pandemia, cuando el aumento de fallecimientos generó una situación de saturación que desbordó todas las previsiones de estos servicios.
"Hemos hecho los deberes para que no ocurra aquello que ocurrió", ha afirmado el secretario general de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), Alfredo Gonsálvez, en una entrevista con EFE, en la que además ha reclamado una "coordinación más fluida y eficaz" con la Administración y que un experto del sector esté "donde se toman las decisiones".
El responsable de la patronal del sector, que agrupa unas 1.300 empresas, cuenta con cerca de 12.000 trabajadores y factura alrededor de 1.600 millones de euros anuales, ha subrayado que "nadie estaba preparado" para lo que sucedió: hubo días con picos de trabajo del 500 por cien.
"En Madrid, un día normal de marzo o abril fallecen de media unas 75 personas; en la última semana de marzo y primera de abril, murieron casi 400 personas al día", ha recordado Gonsálvez, quien ha insistido en que ahora el sector "se ha adelantado".
No obstante, ha dicho, los servicios funerarios no son los únicos actores de la cadena sanitaria, sino su "último eslabón", y ha reparado en que existen otros elementos, como el Registro Civil, donde deben realizarse una serie de trámites y "a lo mejor" a día de hoy no están "tan agilizados como deberían para las alturas de epidemia que tenemos".
Sobre las medidas adoptadas por el sector ante la posibilidad de una segunda ola de COVID-19, Gonsálvez ha precisado que las plantillas de las empresas funerarias se han reforzado entre un 10 % y un 15 % de media a nivel nacional, un incremento que llega hasta el 30 % en zonas tan afectadas como Madrid.
Asimismo, se han mejorado los protocolos, la formación higiénico-sanitaria de todas las personas que tienen que atender al fallecido, se han dotado de mayores existencias de EPI, mascarillas y guantes y se ha reforzado el estocaje de ataúdes.
"Lógicamente tienes que contar con ello y tienes que pedir a los proveedores que aumenten sus 'stock' para poder atender a mayores necesidades de demanda", ha explicado Gonsálvez, que también ha detallado que el número de hornos crematorios en Madrid ha pasado de 28 antes de la pandemia a 35.
Entre las tareas pendientes, la patronal del sector cree que sería recomendable que hubiera un "protocolo claro" para el tratamiento y manipulación de los cadáveres de personas fallecidas por COVID-19, ya que, según ha explicado su secretario general, con el final del estado de alarma, dejaron de estar en vigor las restricciones que había para tratar un cuerpo sin vida con coronavirus.
Desde Panasef, consideran que "ha llegado el momento" de que exista una coordinación "más fluida y eficaz" tanto con la Administración central como con las autonómicas puesto que la que ha habido ha sido "a golpe de teléfono" del sector.
"Somos un sector esencial y la realidad es que no se contó con ningún especialista de los servicios funerarios en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y ha llegado el momento de que se cuente con nosotros", ha lamentado Gonsálvez.