El taller de Mercedes, casi escondido al final de una calle de la Alpujarra granadina, da cobijo a un telar del siglo XVIII convertido en referente nacional
Mercedes Carrascosa empezó a hilvanar su carrera como maestra artesana de forma autónoma y ahora regenta un telar centenario referente a nivel nacional y enclavado en el corazón de la Alpujarra desde el que teje piezas únicas y a la antigua usanza que en época de crisis vendía hasta por Whatsapp.
El taller de Mercedes, casi escondido al final de una de esas calles serpenteantes de la Alpujarra granadina, da cobijo a un telar del siglo XVIII convertido en referente nacional y en uno de los reclamos de Pampaneira, un pueblo con poco más de 320 vecinos.
Esta artesana se ha convertido en una de las pocas tejedoras del país que conserva el oficio a la vieja usanza tras tres décadas aferrada a un quehacer centenario que le han valido la Carta de Maestra Artesana que le ha concedido la Junta.
Este reconocimiento premia su maestría con los ovillos, la constancia y la fidelidad al origen de un oficio que ahora sirve también para tejer el desarrollo turístico de la zona.
Sin perder hilo, la dueña del taller de telares más antiguo de la comarca ha explicado a EFE que la única maquinaria con la que cuenta el negocio son tres telares con más de tres siglos de historia, dos de bajo lizo y uno de alto lizo con los que una trabajadora y ella confeccionan tapices, mantas y todo tipo de piezas textiles, muchos de ellos encargos internacionales.
Carrascosa comenzó a hilvanar su profesión de forma autodidacta "junto a un gitano del Sacromonte" que le aconsejó que cambiara de oficio, siguió su formación en San Pedro de Alcántara y decidió reforzar las costuras de su pasión por los telares manuales tomando las riendas del suyo propio.
Lo hizo después de investigar y aprender para evitar que se perdiera una tradición vinculada a la alta Alpujarra en la que se ha asentado y desde la que además forma a nuevas generaciones.
"Cada materia prima es seleccionada con mimo, al igual que los diseños, que son únicos. De la misma forma que no hacemos jarapas sino tapices únicos, no tenemos "stock" ni trabajamos con esa mentalidad, sino que partimos de un respeto máximo por esta labor, que tiene su propio valor y precio", ha apuntado.
La delegada territorial de Transformación Económica, Virginia Fernández, ha destacado la profesionalidad de Carrascosa y ha apuntado que, además de la Carta de Maestra Artesana, su telar fue reconocido en 2016 como "Punto de Interés Artesanal" y cuenta con la marca "Artesanía hecha en Andalucía".
Esta marca tradicional pretende prestigiar a la artesanía de Andalucía con una imagen común que apoya la originalidad de quienes la ostentan así como la diferenciación en el mercado de sus piezas, obras o productos, dando así soporte a sus creaciones.
Parte del éxito del telar de Mercedes está en el mimo con el que seleccionan y trabajan materiales como seda o alpaca, el lino, el cáñamo o el yute, que sus manos transforman en arte.
La crisis sanitaria también afectó a este taller centenario que vio un cómplice en las nuevas tecnologías y se centró en otras creaciones que se han vendido por el boca a boca, un medio también centenario, y por WhatsApp.
La delicadeza y personalización de muchas de sus piezas han encontrado un aliado en el comercio electrónico y en una página web repleta de recomendaciones de antiguos clientes que funciona como el mejor de los escaparates.
En la actualidad, en Andalucía hay un millar de artesanos cuyas obras cuentan con la marca "Artesanía hecha en Andalucía", logotipo que el telar de Mercedes ha exportado a diferentes puntos del planeta.
Fernández ha destacado el empeño de esta artesana de Pampaneira por seguir formándose, pero también por dejar como legado su aprendizaje a otras generaciones, como el grupo de adolescentes británicos a los que enseñaba hasta que llegó la pandemia.