De recurso a recurso y recurro porque me toca. La vía judicial, abierta por la clausura de las balsas de fosfoyesos y su posterior plan de restauración que debe asumir Fertiberia como causante de los vertidos, va camino de eternizarse, y según la compañía de Villar Mir la culpa la tiene la Mesa de la Ría. Y es que, ante la providencia de la Audiencia Nacional (AN) que daba, a partir del 11 de febrero, 15 días a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar para pronunciarse sobre la idoneidad o no del proyecto de Fertiberia, Mesa de la Ría presentó un recurso que ha sido admitido a trámite por la AN; y ahora, es Fertiberia la que el 25 de febrero presentó un escrito de impugnación del citado recurso de reposición.
En dicho escrito, al que ha tenido acceso Viva Huelva, la empresa causante de los vertidos en las marismas onubenses viene a decir que la asociación ecologista está eternizando la vía jurisdiccional y que Mesa de la Ría guarde sus recursos para cuando se debata la autorización administrativa ambiental.
Así, el escrito de impugnación sostiene que: “Olvida la recurrente que, si finalmente la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa considera idóneo el proyecto, a continuación se abrirá el procedimiento administrativo, que contempla un trámite de información pública, de manera que en el seno del expediente administrativo en el que se debe otorgar la autorización administrativa medioambiental del proyecto, la asociación recurrente puede realizar las alegaciones que considere oportunas”.
En la misma línea, expone Fertiberia que “no negamos que la asociación recurrente no pueda hacer alegaci0nes, pero evidentemente las tendrá que hacer en el seno del expediente administrativo [...] y, por ello mismo, el previo pronunciamiento sobre la idoneidad del proyecto no requiere del visto bueno de dicha asociación”.
Fertiberia concluye su impugnación exponiendo lo siguiente: “La exorbitada intervención que pretenden arrogarse los terceros personados, lejos de servir para facilitar la ejecución de la sentencia, está poniendo de manifiesto que ésta será cada día más complicada, ya que cada parte pretende situarse, como poco, en plano de igualdad respecto a la administración competente para la aprobación del proyecto e imponer su idea particular y también interesada sobre la forma de llevarla a cabo, lo que augura un horizonte temporal muy lejano”.