La defensa asegura que aún están a la espera de pruebas de ADN y de los discos duros del ordenador
Seis meses después del que se conoce como ‘crimen de la enfermera’ la instrucción continúa abierta y aún faltan pruebas. Según explica Diego Ortega, el abogado de la defensa del único imputado por la muerte de Antonia González Osuna, su esposo, que permanece en prisión desde el pasado 2 de noviembre, están a la espera de algunas de las pruebas que se establecieron, entre ellas las de ADN y la de los discos duros de los ordenadores del imputado que fueron requisados por la Policía Nacional. No obstante, la defensa pidió la excarcelación de J. A. P., pero el Juzgado de Violencia de Género de Jaén la denegó.
Antonia González Osuna, de 46 años, fue encontrada muerta el pasado 9 de octubre en su domicilio. En un principio todo apuntaba a que se trataba de un suicidio, pero la autopsia reveló que podría tratarse de una muerte violenta, circunstancia que llevó a su marido a la prisión, ya que la hipótesis de la Policía Nacional y de las pruebas aportadas al caso apuntan a que la mujer, que fue encontrada con una jeringuilla en el brazo, no se quitó la vida, sino que murió violentamente, pruebas que por el momento mantienen a su esposo a la espera del juicio.