El director escénico Francisco Zaragoza adquiere y rehabilita el viejo Teatro Cine San Antonio de Peal de Becerro y lo salva de la especulación inmobiliaria
Francisco Zaragoza lleva toda su vida dedicada al mundo del teatro. En las últimas cuatro décadas ha dirigido a grupos como Pecato Veniale, La Criba o Tamarit, y él también fue el impulsor del Festival Internacional de Teatro de Cazorla, uno de los más importantes del panorama artístico andaluz. Pero ahora este inquieto profesor de instituto ha dado un paso más en su idilio con las artes escénicas al convertirse en propietario del Teatro Cine San Antonio de Peal de Becerro, un centro cultural con más de medio siglo de vida y que se ha recuperado tras 12 años cerrado gracias al empeño personal de este apasionado del teatro.
El Teatro Cine San Antonio se ha reabierto al público la pasada Semana Santa con unas jornadas de puertas abiertas. Por la enorme pantana del coliseo pealeño, que tuvo capacidad para 600 personas, llegaron a proyectarse casi 2000 títulos, mientras que por su escenario pasaron todas las figuras del flamenco y de la copla en los años 60 y 70, desde Antonio Molina a Juanito Valderrama, pasando por Camarón de la Isla o la Niña de la Puebla.
La rehabilitación del Ala Oeste del viejo edificio ha permitido salvar de la piqueta este espacio cultural, al fracasar un proyecto privado de demoler el edificio para construir apartamentos y cocheras. El estallido de la burbuja inmobiliaria impidió la destrucción de un lugar emblemático que guarda la memoria sentimental de un par de generaciones. La rehabilitación del Ala Oeste que ha financiado Francisco Zaragoza ha restaurado la vieja estructura, dando a luz un nuevo espacio escénico con capacidad para 170 personas, junto a una sala de exposiciones que ocupa el lugar donde estuvo el antiguo anfiteatro, ‘gallinero’ en la expresión popular.
El proyecto cultural que plantea Zaragoza está abierto a la celebración de actividades cinematográficas, teatrales, poéticas, musicales, o de creación plástica. “Pretendo convertir el Ala Oeste en un lugar de animación cultural que complemente la oferta cultural existente, impulsada desde el Ayuntamiento, contando con la participación creativa de los muchos pealeños de cualquier edad, interesados en las artes en su sentido más amplio, y también abierto a artistas y creadores de la provincia y del resto del país”, subraya el director del Ala Oeste.