Es necesario que los ayuntamientos comiencen a unirse y reclamar soluciones para salvar décadas de sequía inversora
Parece que hemos pasado en pocos años de las sinergias a la altitud de miras, sin que la situación en la ciudad de Jaén cambie de forma sustancial, más allá de lo que el paso de los años dibuja o difumina. Basta rascar en cualquier desconchón municipal para que caiga la pared al suelo dejando al descubierto la irresponsabilidad de tantos gobiernos locales, principalmente los tres últimos, en lo que a gestión de lo público se refiere. Hoy es la deuda a proveedores que ronda de nuevo los 313 millones de euros, mañana será un nuevo crédito o adelanto para pagar las nóminas, y así un día tras otro. Da la sensación de que a estas alturas, ni siquiera el consenso entre los grupos municipales con medidas de ahorro y ayudas puntuales de otras administraciones paliará la trágica agonía del enfermo. No puede Jaén luchar solo contra los elementos. David, generalmente nunca consigue vencer a Goliat, por lo que es necesario comenzar a urdir estrategias comunes de la mano de otros ayuntamientos, con la Federación Española de Municipios y Provincias, por ejemplo, advirtiendo de que millones de ciudadanos están ya condenados al abandono inversor durante décadas y a sufrir servicios deficitarios, cada vez más alejados de esa ya utópica sociedad del bienestar.