Algeciras Club de Fútbol y Real Balompédica Linense firmaron un empate que dejó contentos aunque quizás a quien más perjudicó fue a los blanquinegros ya que cayeron un puesto más en la clasificación, mientras que los albirrojos consiguieron su objetivo de seguir ampliando la ventaja con los puestos de descenso.
Fue un encuentro en el que lo que más destacó fue el respeto que se tuvieron ambos, y el miedo a perder, por lo que las defensas estuvieron muy activas para evitar cualquier fallo ya que daba la sensación de que quien marcara primero se llevaría la victoria. Fue un típico derbi, ya que el juego fue poco fluido y a trompicones, y con pocas ocasiones de gol, y los porteros tuvieron poco trabajo que realizar.
Éso sí, aunque el partido no es vistoso para el público si lo fue para los entrenadores debido al planteamiento táctico que no perdieron en ningún momento. La Balona con el balón pasando en casi todas las ocasiones por las botas de Pablo Niño, mientras que los albirrojos trataban de jugar con Chapi, para tratar de jugar a la segunda jornada. Pero el encuentro destacó por la defensas, ya que estuvieron muy atentas en todo momentos, y supieron parar a los delanteros.
Aunque quizás, las ocasiones más claras fueron para la Balona, ya en obligó a Félix a realizar algunas paradas, mientras que los locales, aunque es cierto que se acercaron con peligro, no tiró entre los tres palos.
Un empate justo teniendo en cuenta con lo expuesto por ambos equipos a lo largo de los noventa minutos. Un choque sin goles y es que tuvieron que pensar que con los nueve de la ida ya tuvieron bastante. También destacó la deportividad mostrada durante los noventa minutos por parte de ambos equipos, síntoma también del respeto que se tenían. Está claro que la Balona no es la misma que el equipo del derbi de a primera vuelta, ni el Algeciras tampoco.
Durante el partido hubo un dominio alterno por parte de ambos, aunque fue más claro al comienzo de la segunda mitad, sobre todo en los primeros veinte minutos, donde el Algeciras volvió a ser el de los últimos partidos, pero con la salida de Iván, y que Vílchez volvió a mover a Pablo Niño, más hacia adelante fueron los blanquinegros quienes llevaron el control, mientras que los albirrojos intentaban sorprender a la Balona con la velocidad de George en punta.
La primera ocasión del encuentro llegó por parte de la Balona, en una jugada de Copi, pero su lanzamiento se marchó por encima de la escuadra. Los locales estaban muy bien plantados en el campo, aunque quizás con menos brillo que en los últimos choques, y pensando más en la defensa que en el ataque. El choque era de tanto control, que la otra ocasión, no llegaría hasta el minuto 33 y fue también de los de Vílchez, tras jugada personal de de Joseph, que disparó desde la frontal, pero el esférico se marchó por encima del travesaño.
Tras el descanso, fue el Algeciras quien salió más centrado y se pareció más al de los últimos encuentros, y en parte porque logró el dominio del centro del campo, mientras que a los visitantes le costó más meterse en el encuentro. Los blanquinegros dieron un pasito hacia adelante, y esó lo aprovecharon los de Pablo Sánchez para buscar los huecos. El técnico local movió ficha con la entrada de George para dar más velocidad arriba, y poco más tarde cambió a Iván. Y quizás ahí pudo estar el partido, porque los albirrojos perdieron el control y lo recuperó la Balona que dominó los últimos diez minutos, y ahí se produjeron las ocasiones más claras del encuentro, y fue para los blanquinegros, que en ese tiempo si que tuvieron la victoria en sus botas.
La primera llegó en el 80’, en un buen centro de Biri al segundo palo donde entraba Domingo, pero el blanquinegro en vez de darle de primeras quisó controlar el esférico y se le escapó.
La segunda, dos minutos más tarde, y tras una tanda de saques de corner. En uno de ellos, botado por Biri, lo remató de cabeza Carlos Guerra desde el punto de penalti, pero Félix metió una buena mano, y mandó el esférico a coner, y salvó a su equipo de la derrota.
Los albirrojos intentaron llegar a la meta defendida por David Zamora, pero sus llegadas eran tímidas y apenas llegaron a intimidarle, ya que el equipo funcionó muy bien en defensa.
Un empate que sabe a bueno para ambos equipos, ya que ninguno ofreció argumentos para algo más.
Pero ante todo, el respeto y la deportividad mostrada en el campo por ambas plantillas se trasladó a las gradas que animaron a sus equipos.