Expertos y aficionados del mundo del flamenco coinciden en señalar como objetivo “prioritario” del sector la presencia de esta expresión artística en el ámbito educativo, ya que en caso contrario podría empezar a peligrar el necesario relevo generacional de los aficionados.
Se trata de una reivindicación común de todo el sector, que celebró este miércoles el
Día Internacional del Flamenco con la celebración de un buen número de actividades.
Al hilo de este asunto,
el presidente de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Cádiz, Nicolás Sosa, cree imprescindible acercar esta “seña de identidad cultural” a “los niños y jóvenes, propiciando futuros artistas y aficionados”.
Sosa, que también preside la peña La Buena Gente, advierte de la necesidad de que estas nuevas generaciones se acerquen al tejido asociativo, porque “el flamenco debe desarrollarse en torno a la convivencia” que se fomenta a través de las actividades que ofrecen las peñas.
Además, el flamenco debe llegar a los jóvenes “a través de los canales y redes sociales en las que se mueven hoy en día”, de modo que gracias a ello sientan de algún modo la necesidad de acercarse a las peñas.
El presidente de la Cátedra de Flamencología de Jerez, Fran Pereira, cree igualmente “fundamental” que este arte consolide su presencia en el ámbito educativo.
“Acabo de venir de un instituto y los jóvenes no conocen ni siquiera a los artistas, y eso que estamos en Jerez”, lamenta.
“Es algo que me preocupa como presidente de la Cátedra, porque las nuevas generaciones deberían conocer al menos cuatro o cinco nombres fundamentales y cuatro o cinco palos y estilos”, subraya.
Juan Alfonso Romero, vicepresidente de la Federación Local de Peñas Flamencas de Jerez y gestor cultural, también cree “necesaria” esa presencia en el sistema educativo, un asunto del que se habla con frecuencia pero sobre el que “se titubea mucho”.
Una efeméride necesaria
Romero entiende que
la celebración del Día Internacional del Flamenco “es necesaria” para “seguir reivindicando” un “signo de identidad inequívoco” de Andalucía, entre otras cosas porque es una manifestación cultural que la “diferencia” del resto del mundo.
A pesar de todo,
Pereira cree que “se ha avanzado poco” desde 2010 hasta ahora, entre otras cosas porque “hay cuestiones que no se pueden seguir haciendo como se hacían hace cuarenta años”.
La Ley Andaluza del Flamenco es una de las esperanzas del sector. Nicolás Sosa cree que debe configurarse “como el marco ideal para la protección y el desarrollo de las peñas”, unas entidades que deberían tratarse “con un estatus especial por su singularidad” encaminado a “facilitar su gestión”.
El presidente de la federación provincial confía en que exista cierta flexibilidad en los requisitos que se exigen para el desarrollo de espectáculos en las propias peñas, ya que de no ser así “la permanencia de muchas de ellas podría estar en serio peligro”.
“A las peñas les resulta difícil su mantenimiento ordinario y la creación de contenidos, así que la adecuación de las sedes podría constituirse como un obstáculo insuperable para muchas de ellas”, añade.
Juan Alfonso Romero, por último, insiste en la idea de que
hay que diferenciar claramente entre una peña y un tablao, porque “las asociaciones tienen un objetivo distinto al de la industria”. Además, las asociaciones ya tienen una ley específica.